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martes, 1 de octubre de 2019

Reseña: Prey

Director: Frank Khalfoun
Guion: David Coggeshall y Frank Khalfoun
Año: 2019

En esta producción de Hyde Park Entertainment, Tremendum Pictures y Blumhouse Productions tenemos a un joven en una isla desolada donde merodea una criatura cazadora. Esto podría parecer como una copia de “Predator”, pero nada más lejos de la realidad. En vez de entrenado y fornido, el protagonista es incompetente y débil, lo que disminuye sus probabilidades de sobrevivir por su cuenta en un entorno hostil con una criatura.

En “Prey”, Toby, luego de perder a su padre, decide irse a una isla desierta para reflexionar sobre el suceso y poderlo superar. Lo que debía ser una estadía reflexiva, se convierte en una lucha por sobrevivir cuando Toby se da cuenta que la isla no está desierta y que en ella habita una peligrosa criatura. Con la ayuda de Madeleine, una joven que habita en la isla, busca descubrir lo que allí sucede y escapar de la isla con vida.

Una de las primeras cosas que salta a la atención de “Prey” es el cómo esta editada. Desde las escenas iniciales se puede ver la importancia que se le da a este proceso, con interesantes retrospectivas y una divertida conversación del protagonista con sí mismo. La calidad de este proceso se utiliza durante el resto de la película, pero es en las primeras y últimas escenas donde es más útil para el desarrollo de la historia en forma de exposición.

El ritmo es una de las cosas que no se trabajan tan bien en la película. Una vez Toby llega a la isla, el ritmo baja mucho de intensidad y el desarrollo toma bastante tiempo, para volver a ganar intensidad en las escenas finales. El final hace que el desarrollo valga la pena, ofreciendo momentos inesperados y una criatura que realmente asusta y luce genial, pero si toma tiempo y paciencia para llegar hasta ahí. En estos momentos donde la historia baja de ritmo se puede ver como Logan Miller (“Escape Room”) carga la película en sus hombros con su interpretación de Toby y ayuda a mantener al espectador interesado.

El guion de David Coggeshall (“The Haunting in Connecticut 2”) y Frank Khalfoun (“Maniac”) intenta experimentar con demasiados temas y solo consigue crear muchos agujeros en la historia. Si se logran ignorar estos agujeros y la falta de exposición sobre los personajes hasta momentos clave, la historia de supervivencia y sobrenatural es una interesante, elevada con algunos temas emotivos que buscan moldear las acciones del protagonista. De igual forma se da mucha importancia a las sorpresas y los giros, con mejor éxito que otros elementos.

“Prey” es una interesante propuesta, pero que peca de nunca encontrar su verdadera identidad. Intenta abordar los temas del luto y como ajustarse a la perdida, la supervivencia en un lugar remoto y posesiones y criaturas paranormales, pero nunca se adentra de lleno en ninguno. El tercer acto es donde la película despliega su potencial y mientras que es intenso y divertido, no logra unir todos estos temas de forma coherente.





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