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miércoles, 28 de octubre de 2020

Reseña: Mandy

 

Director: Panos Cosmatos

Guion: Panos Cosmatos y Aaron Stewart-Ahn

Año: 2018


Red y Mandy son una joven pareja que parecen ser hechos el uno para el otro y que viven su mejor momento como pareja. Una noche, mientras Mandy caminaba por un área rural, capta la atención del líder de un culto de hippies. Decidido a conseguirla, el líder del culto invoca a unos demonios motociclistas para secuestrarla. 


Los demonios cumplen con su objetivo de secuestrar a Mandy (Andrea Riseborough; “Oblivion”) y llevarla donde Jeremiah (Linus Roache: ”Batman Begins”), el líder del culto. Sin embargo, Red (Nicholas Cage; “Color Out of Space”) no se queda de brazos cruzados, sino que se arma con una ballesta y un hacha y sale en busca de su amor. La obsesión de Jeremiah en tener una mujer que no le corresponde desata en Red una enfurecida ola de violencia sobre todo el que se interponga en su camino.



“Mandy” se puede dividir fácilmente en dos mitades: en la primera donde tienen lugar el desarrollo del problema y en la segunda donde se desata la locura total. Estas dos mitades también cuentan con ritmos muy distintos. La primera mitad es insufriblemente lenta pero la locura de la segunda mitad le ajusticia. 


Uno de los causantes de que el ritmo de la película sea tan lento, en especial en la primera mitad, que dura aproximadamente una hora, es la predilección del director Panos Cosmatos (“Beyond the Black Rainbow”) en utilizar tomas largas que merodean por más tiempo de lo que es necesario solo por el valor artístico. De igual forma se añaden varias escenas que no aportan absolutamente nada a la trama, pero que al parecer buscan exaltar los visuales. Se pudo haber eliminado unos 30 minutos de todas estas escenas y tomas innecesarias y resultado en un producto más enfocado y con mejor ritmo. Por ejemplo, todo el tramo donde aparece Richard Brake (“Perfect Skin”; “Feedback”) no hace ningún sentido en la película y fácilmente se pudo haber eliminado sin afectarla.



En la segunda mitad es donde “Mandy” realmente sobresale. Si al leer la descripción de la trama pensaste que es una locura, puedo asegurarte que no le hace justicia a lo que se muestra. El personaje que interpreta Nicholas Cage es el centro de atención de esta segunda mitad, donde la actuación exagerada y alocada que conocemos de Cage encaja a la perfección con el desarrollo de la trama. Y ya ni hablar de la violencia y el gore, igualmente desmedida y muy bien presentada y no se podía esperar menos cuando presentas en una película a demonios motociclistas que ven pornografía y consumen cocaína.


“Mandy” peca de una primera mitad insufriblemente lenta y de tener tomas y escenas que solo aportan a su larga duración y nada útil a la trama. Sin embargo, la segunda mitad se mueve a un ritmo mucho más rápido, donde tiene el centro de atención la violencia y el gore, acompañada de la locura que es su trama. El estilo de cine de horror de los ‘80 con música de sintetizadores y el uso desmedido de luces en el espectro de colores rojos y violetas le dan un estilo único, pero se siente pretensioso por cuanto se destacan en tomas largas que no aportan mucho a la trama.




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