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jueves, 24 de enero de 2019

Reseña: Escape Room

Director: Adam Robitel
Guión: Bragi F. Schut y Maria Melnik
Año: 2019

En los últimos años los “escape rooms” o salas de escape han ganado mucha popularidad a través del mundo. Desde locales hasta juegos de video y de dispositivos móviles son dedicados a este tema con éxito. Era solo cuestión de tiempo para que las salas de escape hicieran acto de presencia en el cine. Me parece que es la franquicia “Saw” los que llevaron este tema a la atención de los fanáticos del cine de horror con su macabro estilo y consecuencias para escapar. Aunque no hacen referencia a las salas de escape, los elementos que hacen posible esta comparación son evidentes. La más reciente en añadirse a esta corriente y que hace directa alusión a su inspiración es “Escape Room”.

En “Escape Room” seis personas son invitadas a participar de una sala de escape, prometiendo a quien logre escapar una recompensa de 10,000 dólares. Una vez los invitados llegan al lugar el juego comienza sin ellos aún saberlo. Inicialmente todo parece ser más que otra elaborada sala de escape pero estos seis desconocidos pronto descubren que la motivación para escapar, más que el dinero, es permanecer con vida.

Al empezar la película nos presentan a un personaje que parece no tener mucha importancia en la película más allá de servir como vector para presentar la dinámica de los cuartos. Desde estos primeros minutos descubrimos que los cuartos representan un peligro real y que quien esté en ellos debe poder pensar rápido con la presión de que su vida está en juego. Esta escena tiene un ritmo frenético que logra que el espectador mantenga su ritmo cardíaco acelerado. Este ritmo se mantiene por la mayor parte de la película, ya que los protagonistas, una vez entran al juego, están en constante peligro y necesitan actuar con agilidad. Cuando único baja el ritmo es para presentar los cuartos y los protagonistas evalúan sus peligros y cómo escapar o para desarrollar un poco a los personajes.

Un punto que me gustó mucho es que la película no pierde tiempo desarrollando los personajes. La razón por la que me agrada es porque este tipo de películas no necesita mucho de esto. Ya hay tiempo para hacer esto mientras transcurre la película y es esto precisamente lo que hace “Escape Room”. Aquí la elaboración de los personajes tiene lugar mientras toman sus decisiones e interactúan entre sí y con los elementos de cada cuarto. Aparte de esto, todos tienen personalidades cliché muy marcadas y contrastantes que ayuda a que el espectador pueda predecir cómo cada uno de estos va a actuar y a que cada uno aporte de alguna forma a resolver los acertijos del cuarto. De igual forma, las actuaciones son sólidas y facilitan el entender las personalidades de los protagonistas en este elenco compuesto por Tyler Russell (“Lost in Space”), Logan Miller (“Scouts Guide to the Zombie Apocalypse”), Jay Ellis (“Movie 43”), Tyler Labine (“Tucker and Dale vs Evil”), Deborah Ann Woll (“True Blood”) y Nik Dodani (“Atypical”).

Lo más que disfrute de la película fue la presentación de cada cuarto. Hay mucha creatividad y originalidad envuelta y es imposible predecir sobre qué tema será cada cuarto. También es difícil predecir la forma en que se puede resolver el acertijo de cada cuarto y que peligros hay presente. A esto se le suma una banda sonora muy bien utilizada para resaltar la sensación que trata de evocar cada cuarto y las situaciones que allí ocurren. Debo dar crédito al buen trabajo del director Adam Robitel (“Insidious: The Last Key”; “The Taking of Deborah Logan”) y los guionistas Bragi F. Schut (“Season of the Witch”) y Maria Melnik (“Counterpart”) por su creatividad y como elaboran la trama y las secuencias para mantenerla siempre intrigante y esto sin recurrir a escenas gráficas manteniendo una clasificación PG-13.

No puedo decir que el trabajo del equipo de producción no tiene fallas. De hecho, tiene algunas que para mí son cuestionables y que terminan por jugarle muy en contra. El punto más bajo de la película es el final, el cual no va acorde a lo que presenta el resto de la película. Hasta cierto punto se siente como si el equipo de producción no se pudiese decidir por un final y terminaran mezclando todas las ideas a la misma vez. Esto resulta en un final demasiado confuso y que le resta mucho mérito al producto final.

“Escape Room” me pareció una película sumamente entretenida, arruinada sin piedad por un final confuso y careciente de sentido. Aun así, vale la pena verla, y disfrutar de su originalidad. La película termina dejando el camino preparado para una secuela y me atrevo a decir que esta idea se convertirá en una franquicia al estilo Saw. Esperemos que de ser así mejoren el nivel de producción, que visto lo que han hecho aquí tiene abundante potencial y puede terminar en buenas horas de entretenimiento.




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