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sábado, 9 de marzo de 2019

Reseña: Rampant

Director: Sung-hoon Kim
Guion: Jo-yun Hwang y Shin-yeon Won
Año: 2018

Allá para finales de la década de los 60, George Romero comenzó a popularizar el género de los zombies cuando introdujo su mítica “Night of the Living Dead”. Desde ese entonces, la cantidad de películas sobre estas criaturas es impresionante. Aunque a veces da la sensación de que se ha hecho todo ya con este género por la cantidad de veces que vemos repetida la misma idea, siempre aparece una nueva película que lo lleva a terrenos poco explorados. Un ejemplo reciente de esto es “Overlord” la cual lleva a los zombies a remontarse al tiempo de la segunda guerra mundial mientras que varios países europeos eran dominados por el régimen Nazi. En “Rampant” nuestras queridas criaturas nuevamente se remontan al pasado, pero esta vez a Corea en el siglo 17 en la dinastía Joseon.

En “Rampant” se sigue al príncipe Ganglim, mientras que la Antigua Corea ha sido invadida por criaturas asesinas conocidas como demonios nocturnos. El príncipe Ganglim regresa de un largo encarcelamiento en el extranjero y descubre que necesitará la fuerza de todo su reino para detener la masacre que se esparce a través de la nación.

Como dato curioso, esta película es producida por el mismo estudio que produjo “Train to Busan”, una excelente película coreana que también trabaja el tema de los zombies en esta nación, pero en tiempos modernos, y que espero en algún momento poder reseñar. Otra importante diferencia con “Train to Busan” es que mientras que ésta la mayoría del tiempo se concentra en espacios confinados dentro de trenes, creando un ambiente claustrofóbico, “Rampant” hace lo opuesto y lanza hordas de zombies a espacios abiertos, lo que utilizan de forma excelente para la cinematografía. Como ya mencioné, esta historia tiene lugar en el siglo 17, lo cual se ejemplifica de forma majestuosa a través de los visuales, con hermosas tomas de las estructuras y vestimentas de ese periodo, acompañadas de nuestros queridos zombies siendo destruidos de innumerables formas en escenas que demuestran una coreografía implacable, a la vez que interesante.

El presentar zombies en un espacio abierto siempre ocasiona que los protagonistas se tengan que recluir en un espacio cerrado para aumentar sus probabilidades de supervivencia. En “Rampant” establecen una regla poco ortodoxa para minimizar este problema, y es que estos zombies o demonios no toleran la luz solar, más parecidos a vampiros que a zombies en este aspecto. Esto permite que los protagonistas tengan movilidad durante el día, pero se sigue aprovechando el sentido claustrofóbico una vez cae la noche y estos demonios son libres para causar estragos. Otra regla importante de la que hacen buen uso es que, al contrario de lo que usualmente vemos en las películas de zombies, estos pueden ser eliminados destruyendo el cerebro, pero también el corazón. Esto abre muchas posibilidades en las escenas de confrontación, donde despliegan todo su talento en las coreografías, al igual que en las tomas y edición. Cabe mencionar que estas escenas son gráficas y los creadores no se amilanan ante el gore y lo presentan en su plenitud.

“Rampant” es una película muy entretenida y llena de adrenalina, pero tiene sus carencias. Su problema más destacado es que en ocasiones la trama es más complicada de lo que debería ser, lo que añade muchos minutos a desarrollar ideas intrascendentes para la trama. Estas escenas rompen con el ritmo más acelerado que se presenta en las escenas de acción, donde esta película brilla, y la hace más extensa de lo que es necesario. Otro problema es que los personajes son bastante estereotípicos de películas épicas, donde el personaje principal debe aprender una lección que lo haga mejor persona, su leal secuaz que tiene la tarea de ser quien rompa con los momentos de tensión con comedia tonta, una fémina que inicialmente detesta al protagonista pero que termina encariñando con él una vez éste aprende su lección y un villano sediento de poder que está dispuesto a hacer cualquier cosa por tomar control del reino. De igual forma sus destrezas parecen sacadas de cualquier historia de película, libro o videojuego fantásticos: un guerrero, un arquero, un monje y un villano con poder excesivo.

“Rampant” es otra propuesta que llega para dar un aire fresco a un género que se ha vuelto muy popular, pero que usualmente cae en la redundancia. Al combinar estas criaturas con el estilo de cine asiático de acción épico y modificando algunas reglas, resulta en una película cargada de adrenalina, visuales impresionantes y personajes clichés en una historia sumamente entretenida. Aunque parezca lo contrario, aún queda mucho por hacer con el género de los zombies, como están demostrando estas recientes propuestas.




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