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sábado, 9 de febrero de 2019

Reseña: Overlord

Director: Julius Avery
Guion: Billy Ray y Mark. L. Smith
Año: 2018

Una de las cosas más escalofriantes que conocemos sobre la segunda guerra mundial es que, aparte de la gran cantidad de muertes y destrucción que dejó, el ejército Nazi se dedicó a hacer experimentos científicos con los prisioneros. Se habla de que estos experimentos estaban destinados a fortalecer el ejército en la creación de nuevas armas y de recuperar soldados heridos. Es bajo ese último tema que “Overlord” basa su premisa.

En “Overlord” un grupo de soldados norteamericanos viaja a bordo de un avión militar rumbo a Europa en medio de la segunda guerra mundial. El avión es atacado y derribado y sólo un grupo de estos militares sobrevive, los cuales continúan con su misión, que consiste en derribar una torre de control no muy lejos de donde cayeron. Al llegar a un pequeño pueblo cercano se dan cuenta que está sometido bajo el régimen Nazi, pero sospechan que algo más sucede en este lugar. Pronto descubren que los habitantes de este pueblo son utilizados para experimentos científicos en un laboratorio subterráneo.

Catalogar “Overlord” como una película de zombies sería injusto, ya que es mucho más que eso. Desde el comienzo de la película se trabaja el tema de los soldados en la segunda guerra mundial y las atrocidades que durante esta guerra ocurrieron. En la escena inicial conocemos el conflicto que será el tema principal de la película, lo cual es la segunda guerra mundial, la misión de los soldados y comenzamos a conocer las personalidades de los protagonistas. Mucho de esta escena se centra en cómo Boyce, interpretado por Jovan Adepo (“Fences”), reacciona a la situación en la que el avión en el que viaja está siendo atacado. Es claro en esta escena que él es el protagonista de esta historia y también queda claro que no tiene el carácter estereotípico de un soldado, sino que, por el contrario, demuestra tener miedo de la situación. Este carácter se continúa desarrollando durante el resto de la película, en la que se ve frente de decisiones difíciles y prefiere siempre hacer lo que él entiende correcto y no lo que ayude a completar su misión. Dentro de este avión también conocemos a Ford, interpretado por Wyatt Russell (“Everybody Wants Some!!”), quien es un experimentado cabo, el cual ha desarrollado mucho carácter y habilidad para pensar claramente bajo presión en su experiencia en la milicia. Este funciona como un tipo de antihéroe, un tipo rudo y frío que siempre tiene la respuesta correcta para la situación velando siempre por los intereses de la misión, pero del que terminas encariñando. En esta escena también conocemos a Tibbet y Rosenfeld, interpretados por John Magaro (“The Big Short”) y Dominic Applewhite (“The King’s Speech”), quienes acompañan a los protagonistas en buena parte de la película. Todo el elenco hace un buen trabajo y llevan personajes convincentes y logran que el espectador le importe lo que pasará con ellos.

Una vez en el pequeño pueblo francés los protagonistas se topan con que el pueblo está bajo la amenaza y vigilia de militares Nazi. Allí conocen a Chloe, interpretada por Mathilde Ollivier, una joven francesa harta del régimen Nazi y a Wafner, interpretado por Pilou Asbaek (“Game of Thrones”) quien resalta con este papel de villano tan bien manejado, el detestable y sangriento hombre a cargo de este grupo de Nazis. Una vez en este pueblo comienzan a ver la carnicería pública que tienen los Nazis con los habitantes de este pueblo y que a algunos los utilizan para experimentos científicos. Aquí se comienza a desplegar la violencia sumamente gráfica que eleva el sentido de desesperación e injusticia y que es uno de las áreas mejor trabajadas de la película. Aunque las escenas sangrientas son constantes, nunca se sienten forzadas ni fuera de lugar, sino que siempre cumplen con el propósito de aportar a la trama y a que el espectador se adentre en la historia, lo cual consiguen de comienzo a fin. Los efectos especiales para estas escenas son excelentes y aportan al realismo e impactan con su crudeza. A esto se le une un muy buen trato de las localizaciones y los visuales y crean imágenes estéticamente impresionante, aun las más grotescas.

Mientras que “Overlord” no trae un concepto nuevo, logra utilizar dos temas muy gastados en el cine, como lo son la segunda guerra mundial y los zombies y hacerlos suyos. No simplemente lanzan estos dos elementos a una historia, sino que los atan perfectamente y logran que ninguno de los dos se sienta demasiado abrumador. En el tema de los zombies ya se ha hecho prácticamente de todo, y aun así encuentran como dar su toque único a estas criaturas, que en esta película se me hace difícil hasta llamarlos así ya que logran darle una identidad diferente a lo convencional y que resultan siendo perfectas para la trama.

El punto más débil de esta película recae en el guion. Aunque en muchas partes logran ofrecer cosas nuevas dentro de temas desgastados, en otras no pueden evitar caer en los clichés de estos. También en algunas partes los personajes principales toman decisiones que resultan cuestionables y que se exponen a peligro innecesario. Aun así esto no opaca el buen trabajo realizado y no afecta el disfrute del filme.

“Overlord” resultó siendo una grata experiencia. Disfrute esta película desde el primer hasta el último minuto. Es una perfecta combinación de una buena historia, buenas actuaciones y violencia gráfica muy bien balanceadas y acompañadas de visuales impresionantes. Todo se va trabajando en dosis pequeñas, así que nada desentona y hasta las escenas más crudas entran sin mucho esfuerzo y logrando aportar a la trama o a la elaboración de personajes y conflictos.




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