Reseña: Star Light

Director: Mitchell Altieri y Lee Cummings

Guion: Mitchell Altieri, Jamal M. Jennings y Adam Weis

Año: 2020

“Star Light”, de los directores Mitchell Altieri (“The Hamiltons”) y Lee Cummings comienza estableciendo el personaje del protagonista Dylan. Dylan es un adolescente que lleva una vida ejemplar, lejos de la influencia de las drogas y el alcohol y quien disfruta de los juegos de video arcade y de la música. Su único problema parece ser su madre, con quien Dylan no está de acuerdo en sus decisiones luego de la muerte de su padre.

Una noche, luego de salir de una fiesta en la casa de un amigo, Dylan se topa con una joven mujer golpeada, quien resulta ser una mundialmente famosa cantante. Dado su estado, Dylan decide ayudarla y llevarla de vuelta a la casa de su amigo donde había sido la fiesta. Una vez allí, un extraño hombre aparece buscando a la artista, lo que desata una serie de eventos que dejan claro que la artista guarda un oscuro secreto.

“Star Light” es del tipo de películas en el cine de horror que no deja de ser entretenida, pero tampoco ofrece nada innovador al género. En la totalidad de la trama en el guion de Mitchell Altieri, Jamal M. Jennings y Adam Weis (“A Beginner’s Guide To Snuff”) es imposible no sentirse en un terreno familiar y tener una idea bastante clara de hacia dónde se mueve la historia. Esto no es algo que sea necesariamente malo, pero le resta imprevisibilidad y factor sorpresa. 

Claramente una película de bajo presupuesto, “Star Light” se sobrepone a este problema con la calidad pulida de sus tomas, pero su naturaleza de película B no se puede ocultar. El primer delator es la variabilidad en la calidad de las actuaciones. En las interpretaciones de los protagonistas Dylan y Bebe, Cameron Johnson y Scout Taylor-Compton (“Penance Lane”; “The Lurker”), hacen buen trabajo en sus interpretaciones; esta última que parece estar convirtiéndose en la nueva reina de las películas de horror de bajo presupuesto. Sin embargo, otros actores interpretando personajes secundarios no hacen tan buen trabajo y dan paso a escenas incómodas de ver. Quien destaca en este apartado es Bret Roberts (“May”) interpretando al extraño hombre que busca a Bebe, quien es el personaje más entretenido y que logra evocar una excelente mezcla entre extraño, peligroso y gracioso.

El otro delator de película de bajo presupuesto son los efectos especiales. Al igual que las actuaciones, la calidad de los efectos especiales no es constante, con algunos momentos, cuando la trama se pasa al horror, donde se hace un excelente trabajo, pero otros resultan más graciosos que terroríficos. Este problema permea a los temas de horror en la trama, en los cuales no hace un mal trabajo, pero parece no poder decidirse por uno en particular, abonando al problema de la variabilidad en calidad que se puede apreciar en varios aspectos de la producción.

“Star Light” tiene muchos fallos, pero por alguna extraña razón logra mantenerse entretenida, pero nada más. Su naturaleza de película de bajo presupuesto le hace mantenerse en un ámbito seguro y conocido, lo que hace su trama predecible y que no logre aportar nada al género del horror. Otra película de horror destinada a la oscuridad de la mediocridad. Eso sí, el personaje de Anton es oro puro.