Guionista: Gareth Evans
Año: 2018
Recientemente vi la película “Apostle” (un poco tarde, lo sé) y me he pasado algunos días pensando en cuál sería la forma más apropiada de abordar esta reseña. Al final no se me ha ocurrido más que romper a escribir y esperar que, con suerte, puedan entender a lo que me refiero. En “Apostle” un grupo de fanáticos religiosos secuestra a una joven con la idea de que les paguen una gran cantidad de dinero por su rescate y la llevan a una isla remota, donde han establecido una comunidad. El hermano de esta joven decide viajar a la isla e integrarse a la comunidad como uno más para intentar rescatarla, lo cual lo lleva a descubrir los secretos de este grupo.
En el subgénero “folk horror”, el cual ha visto un resurgir en los últimos años con películas destacadas como “The Witch”, se exploran las religiones paganas, especialmente las europeas, que muchas de ellas radican de la era precristiana. La premisa de “Apostle” la sitúa en este subgénero, o por lo menos pensaba que así se mantendría durante toda la película. El comienzo se centra en conocer al personaje principal Thomas Richardson, interpretado por Dan Stevens (“The Guest”) y los fanáticos que viven en esta isla, al igual que explorar el fundamento de su creencia y la apatía religiosa de Richardson, quien fue misionero cristiano hasta vivir un macabro incidente. Desde pronto queda claro que hay algo muy extraño en el modo de pensar y de actuar de los ciudadanos, lo cuales tienen su fe centrada un dios que, según ellos, reside en la isla y vela por su bienestar. Esta creencia es fomentada por el carismático profeta de esta deidad, Malcom, interpretado por Michael Sheen (“Frost/Nixon”), uno de los fundadores de la isla. La actuación de Stevens es excelente durante toda la película, funcionando como pivote para el movimiento fluido de la historia, pero es Sheen el que destaca en este apartado con una actuación sublime.


“Apostle” ha sido una de las grandes sorpresas del 2018. Una película que no causó mucho revuelo durante su promoción, pero que resultó siendo una de las mejores del año. Toda una magnífica pieza donde resaltan la narración, los detalles visuales y la actuación. Aun con los fallos discutidos previamente me pareció una idea fresca muy bien ejecutada. Netflix se ha encargado de refrescar el cine de horror con propuestas osadas como esta, y que esperemos continúen esta tendencia.
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