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sábado, 2 de febrero de 2019

Reseña: Velvet Buzzsaw

Director: Dan Gilroy
Guión: Dan Gilroy
Año: 2019

Desde hace algunos meses, “Velvet Buzzsaw” está en boca de los fanáticos del cine de terror. Llama la atención que en esta nueva propuesta de horror de Netflix toma como punto de enfoque la crítica al estereotipo de vida pretenciosa y egocéntrica de las personas asociadas al mundo del arte moderno, como ya sucediera con “Nightcrawler” y el sensacionalismo noticioso, película con la cual comparte director y parte del elenco. Con el peso de tener una película como “Nightcrawler” como vara para medir su desempeño, “Velvet Buzzsaw” se presenta como una propuesta novedosa dispuesta a dar un giro al mundo del cine de horror.

En “Velvet Buzzsaw” Josephina, una joven con sueños de crecer en el mundo del arte descubre el cadáver de un anciano en el edificio en el que reside. La curiosidad la lleva a entrar al apartamento de este anciano y descubre cientos de impresionantes pinturas firmadas por Vetril Dease. Una vez comienza a mostrar el arte del fallecido, todos los que ven sus pinturas quedan hipnotizados con el macabro talento del pintor. Morf, un aclamado crítico de arte queda tan impresionado con las pinturas que comienza a investigar el pasado del artista, con miras a escribir un libro sobre su vida y obra. Josephina ve la oportunidad de despuntar en el mundo del arte y comienza a vender las pinturas, sin saber que todo el que se lucra del arte de Dease está condenado a un fatal desenlace.

Lo primero que me llamó la atención de esta película fue el cuidado a los detalles visuales. Siendo una película basada en arte, no es extraño que se dedique mucho esfuerzo al área visual, pero aun así no deja de sorprender el buen uso de los colores vibrantes, espacios blancos de la galería y colores oscuros en diferentes situaciones para respaldar situaciones románticas, de suspenso o de terror. También me llamó mucho la atención cómo se mantiene el suspenso y la intriga en la mayoría de la película. Esto, y el excelente trabajo del elenco es lo más destacado de esta película.

La trama comienza como una sátira o crítica a las personas envueltas en el mundo del arte moderno. De aquí salen los personajes principales, que no son más que estereotipos inflando los aspectos negativos de este mundo. El personaje principal es el de Morf Vandewalt, interpretado por Jake Gyllenhaal (“Nightcrawler”), quien es un renombrado crítico de arte, cuya fama e influencia de sus reseñas puede crear o destruir una carrera artística. Este es presentado como alguien excéntrico, de sexualidad abierta y lenguaje exquisito, aunque muchas veces esto no le permita comunicarse efectivamente. Rhodora Haze, interpretada por Rene Russo (“Nightcrawler”), es la dueña de una galería en la ciudad de Los Ángeles, la cual goza de buena fama por sus colecciones y constantes buenas reseñas de Morf. Finalmente, Josephina, interpretada por Zawe Ashton (“Blitz”), es una seductora y manipuladora mujer buscando su oportunidad de crecer en el mundo del arte y dispuesta a hacer lo que sea para lograrlo. Estos estereotipos dan pie al desarrollo de la trama. Es aquí donde comienzan los problemas de esta película, ya que no es claro el camino que tomará, moviendose entre la comedia, la sátira, el suspenso y el horror, pero muchas veces fallando en apropiarse de alguno de estos géneros y aprovecharlo. Su larga duración da paso a escenas que sobran en la trama y personajes sin ninguna importancia en la historia.

Entre dramas amorosos y sexuales, estafas, manipulaciones, robos y mentiras se dejan ver los lazos que unen a los personajes y queda presente su poca ética profesional. Todo esto crea personajes artificiales con los cuales se hace difícil identificarse y dificulta que el espectador desarrolle interés por el porvenir de los protagonistas. Aquellos que de alguna forma se lucraron del arte del fallecido Dease comienzan a tener visiones y destinos fatales, que, por suerte, estas escenas están bastante bien trabajadas, aunque les haga falta un poco de chispa para crear una impresión memorable. Algunas de estas escenas no aprovecharon el poder gráfico y no concluyen efectivamente el suspenso que se construye para llegar hasta ellas. En las que si se aprovecha, el desenlace es mucho más favorable para apoyar ese sentido de peligro inminente que intentan llevar.

La campaña publicitaria para “Velvet Buzzsaw” fue todo un éxito para lograr que las personas vieran la película y hacer dinero. Para los fanáticos del cine de horror fue una decepción, elevando las expectativas sobre un tema innovador en este género y con un elenco lleno de estrellas. Los que logran hacerse un espacio en pantalla lo hacen francamente bien, pero otros fueron mal utilizados en papeles intrascendentes en la trama. Al igual que algunos actores, partes del desarrollo de la historia quedan vagos y mal trabajados, creando un sentido de confusión constante sobre hacia dónde se dirige la película, solo rescatada por un suspenso excelentemente bien elaborado. Definitivamente “Velvet Buzzsaw” queda varios escalones por debajo de “Nightcrawler”.




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