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lunes, 28 de enero de 2019

Reseña: Malevolent

Director: Olaf de Fleur
Guión: Ben Ketai, Eva Konstantopoulos
Año: 2018

En “Malevolent” Angela y su hermano Jackson corren un negocio como mediadores paranormales en el cual afirman que Angela tiene un don para contactar a los muertos, pero no es más que una estafa. Su más reciente trabajo consta en ir a un antiguo orfanato, ahora solo habitado por una persona, y callar las voces que rondan este lugar y la perturban. Solo que esta vez los eventos paranormales no son producto de la mente de alguien sufriendo por la muerte de un ser querido como están acostumbrados a ver y pronto aprenden que este lugar tiene una historia oscura.

“Malevolent” comienza con muy buen paso. Rápidamente conocemos a los protagonistas y sin mucho desarrollo de personajes queda claro de qué va cada uno. También queda claro que el tipo de negocio que manejan no es más que una estafa oportunista, pero que Angela, interpretada por Florence Pugh (“The Falling”; “Lady Macbeth”), puede estar teniendo visiones reales. Este descubrimiento se da en una escena muy bien trabajada en la parte del ambiente y suspenso que acaba con un bien colocado susto. Todo esto elevó mis expectativas sobre la película, pero que equivocado estaba.

Una vez culminada la secuencia introductoria, la historia empieza a dar tumbos con los que cuesta entender hacia dónde se mueve la película. Por una parte, se desarrolla la parte psicológica de nuestra protagonista Angela, quien está sumida en una vorágine de emociones respecto a su familia. La muerte de su madre aún le causa dolor y a esto se une el alcoholismo de su abuelo y el comportamiento de su hermano, quien parece tener un talento innato para meterse en problemas. Por otra parte, se desarrolla el aspecto paranormal, donde las visiones de Angela son cada vez más seguidas y más vivas. Mientras transcurre la película se trabajan otros temas, de los cuales no quiero mencionar mucho ya que arruinaría algunas partes para el que no la haya visto y esté pensando hacerlo, pero que se unen a este mar de ideas mal combinadas y mal trabajadas por parte del equipo de producción, liderado por el director Olaf de Fleur (“City State”). A esto se le unen un par de cosas sin mucho sentido, como el que una vez se conocen los antagonistas nunca queda claro su motivo o propósito o el que la película fuese filmada como una historia transcurrida en la década de los 80, que solo sirve para darle un aire a película basada en hechos reales y aporta poco a la trama.

Luego de la escena inicial, en la que parece que las apariciones que experimenta Angela presentarán algún tipo de peligro para ella, el resto de las apariciones carecen de este sentido de peligro, lo cual en algunos casos lleva hasta a cuestionar el propósito de estas, algunas sin sentido y que terminan careciendo de una explicación. Las escenas de horror resultan débiles y mal aprovechadas, ya que no emiten la sensación esperada. Parte de esta responsabilidad recae sobre el reparto, que me pareció uno de los puntos más bajos de la película. En las escenas donde se supone que exista peligro, la expresión de los personajes en pantalla no transmite ese sentimiento. La única actuación que me pareció buena fue la de Celia Imrie (“Imagine Me and You”) como Mrs. Green, pero para el momento en que este personaje tiene importancia en la historia, ya mucho del daño está hecho. Algunos personajes no tienen ningún tipo de importancia en la trama, siendo Beth, la novia de Jackson, interpretada por Georgina Bevan (“Juliet, Naked”), la más sobresaliente en este aspecto. Otro punto importante de mencionar es que durante gran parte de la película se impulsa la personalidad Jackson, el hermano de Angela, interpretado por Ben Lloyd-Hughes (“Divergent”), como un individuo egocéntrico, oportunista y manipulador, por el cual es difícil sentir empatía y que pronto al espectador deja de importarle lo que pase con él, un aspecto que afecta la elaboración de la relación entre Angela y su hermano y que debilita momentos puntuales en los que este lazo familiar es importante para la historia.

En mi experiencia “Malevolent” no fue más que una gran decepción y más aún cuando se percibe que se pudo hacer mucho más para terminar con un mejor producto, a pesar de que la premisa no rebose originalidad. Las escenas que se supone que asusten no lo hacen y siempre se siente que se pudieron haber trabajado mejor para lograrlo. También resulta predecible en muchas partes lo cual arruina cualquier factor sorpresa que se intente aprovechar. Los personajes me parecieron poco interesantes, más allá del flojo trabajo del reparto, y algunos de estos sobran. Tampoco se hace buen uso de la clasificación R, la mayoría de las veces dejando escenas violentas a la imaginación del espectador cuando se pudieron haber aprovechado para llevar esa sacudida que tanta falta le hizo.




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