Reseña: Wretch

Director: Matthew Donehoo

Guion: Matthew Donehoo

Año: 2020

Mientras Nat se recupera de su alcoholismo, su novio es diagnosticado con un cáncer agresivo y lo lleva a buscar ayuda en su excéntrica jefa Jean. Jean lo introduce a una esotérica modalidad de curación conocida como enceladismo en la cual Nat ve una oportunidad de ayudar a su pareja. Junto con un mentor y autor de libros sobre esta técnica Nat se comienza a instruir en ella, pero pronto descubre que su potencial puede ser tan curativo como destructivo. 

"Wretch" comienza con la definición de diccionario de la palabra enceladismo lo cual agradezco ya que nunca la había escuchado y que mi revisor ortográfico se rehúsa a aceptar. Una búsqueda rápida revela que esta palabra no existe y es creada en esta película y me devuelve un poco de mi autoestima gramatical. El enceladismo no es más que una modalidad curativa basada en el enfoque de intención con el objetivo de eliminar alguna enfermedad.

En las primeras escenas conocemos a Nat, interpretado por Martin L. Washington Jr. (“Alaska is a Drag”) y somos testigo de cómo es su vida una vez llega al pequeño pueblo estadounidense. Más realista que estereotípico, Nat es víctima de rechazo tanto por su color de piel como por su orientación sexual, un problema frecuente en pequeños pueblos conservadores estadounidenses y que es importante en vario puntos claves de la trama. Por otro lado, Jean (Shannon Conley) es todo lo opuesto, un espíritu libre con ideas excéntricas y liberales que se pueden percibir desde su forma de vestir y hablar hasta por como vive.

Es Jena quien introduce a Nat al enceladismo, donde Nat ve una oportunidad de ayudar a su pareja que ha sido diagnosticado con un agresivo cáncer y de quien ahora está alejado debido a que su suegra, una cristiana conservadora interpretada por Maria Olsen (“I Spit In Your Grave: Deja Vu”, “The Bone Box”), no aprueba de su relación homosexual. Nat, un poco escéptico al principio por lo que parece una práctica ilegal y hasta un fraude, decide darle una oportunidad y descubre que, aunque casi le cuesta la vida, la práctica fue efectiva en el progreso curativo de su pareja y esto lleva a él y Jena continúen la práctica junto a un mentor del enceladismo interpretado por Joe Rooney. 

Las escenas iniciales, aparte de establecer el tema de la película también son utilizadas para establecer el estilo y tono que le acompaña. La cinematografía es uno de los primeros aspectos que destacan junto a la extraña pero efectiva composición musical, que va desde sintetizadores de los 80, jazz, música electrónica moderna y hasta heavy metal que enfatizan el tono de cada escena que solo se perjudica con algunos efectos especiales que no lucen bien. Todo esto juega a favor de la película, pero son las sorprendentemente buenas actuaciones del elenco, y en particular del protagonista Washington Jr., lo que hace que los personajes y su desarrollo sean tan efectivos e intrigantes.

El creativo e inteligente guion del también director Matthew Donehoo en su primer largometraje es otra de sus fortalezas. Donehoo trabaja una historia en el que cada evento se desarrolla de forma gradual y deliberada y en donde poco es forzado en exposición, pero que a la vez corre el riesgo de que sea difícil de descifrar. Esto requiere que el espectador esté activamente enfocado en el desarrollo de la trama para entender lo que está ocurriendo y se enfatiza con todos los temas de la trama que se dejan colgando hasta el tramo final donde todo se compenetran y cierran el círculo. 

“Wretch” contrasta prácticas que cada vez son más populares y aceptadas en la vida moderna con el ambiente conservador que se vive en algunos pueblos pequeños estadounidenses. La historia, de forma deliberada, cambia de rumbo de forma constante y mantienen al espectador sumergido en el desarrollo de la trama, potenciado por las buenas actuaciones, cinematografía y música. Los que disfruten de tramas densas y profundos estudios de personaje apreciarán esta película.