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sábado, 23 de mayo de 2020

Reseña: Body Cam


Director: Malik Vitthal
Guion: Nicholas McCarthy y Richmond Riedel
Año: 2020

El abuso de fuerza policiaca, en especial el asesinato injustificado de civiles ha causado revuelos en muchos lugares a través del tiempo. En los Estados Unidos, esto ha sido un tema recurrente en los últimos años, al que se le suma en componente racial. “Body Cam”, el segundo largometraje del director Malik Vitthal (“Imperial Dreams”), utiliza este problema social como tema central en un película de suspenso con algunos elementos de horror.

Renee es una policía que recién se incorpora a la fuerza policiaca luego de estar un tiempo fuera por la pérdida de su hijo. Durante su primer día de vuelta a patrullar las calles, responde a una llamada de refuerzos de un compañero, pero cuando llega al lugar lo encuentra muerto. Renee decide comenzar a investigar el caso por su propia cuenta y comienza a descubrir las fuerzas sobrenaturales detrás del incidente. 


En el inicio de “Body Cam” se exponen los dos elementos que en esencia componen la trama: la parte sobrenatural y el tema racial y de abuso policiaco. De estas escenas parece como si en el guion de Nicholas McCarthy (“The Prodigy”) y Richmond Riedel (“Target Practice”) se quisiera formular un argumento social de impacto, pero a medida que pasa el tiempo, este se diluye cada vez más y termina en algo mucho más burdo. En el aspecto sobrenatural es un peor, lo que parece ser algo innovador de inicio, termina siendo algo decepcionante y cliché dentro del cine de horror.

Puede parecer como que la historia es lo peor de la película, pero realmente, aún con sus problemas y que quizás como espectador yo en particular esperaba más de ella, es bastante interesante. El verdadero problema de la película radica en el ritmo en el que se presenta la historia. Por suerte, Mary J. Blige (“Scream: The TV Series”) hace un buen trabajo en la interpretación de Renee que hacen menos difícil de tolerar las largas escenas donde la vemos investigando diferentes lugares sin que ocurra absolutamente nada. 


En contraste, su novato compañero Danny, interpretado por Nat Wolff (“Death Note”) no cuenta con el mismo carisma y su personaje se ve afectado por cómo solo se utiliza para exponer información o para atar eventos, pero no se desarrolla como un personaje importante en la historia, o uno de esos que con los que te encariñas para luego odiarlo en una revelación futura. De igual forma se introducen varios personajes, que parece que tendrán un papel más importante en la historia, pero que se pueden eliminar por completo de la película sin ninguna consecuencia. 

“Body Cam” propone ser innovadora en el comienzo, pero en el camino olvida esa idea y termina desinflando su componente social hasta ser uno sin mucho impacto y sufriendo de los clichés del cine de horror y terminando en un decepcionante y predecible desenlace. Cuenta con escenas interesantes donde la parte sobrenatural brilla mientras es autora de muertes violentas, pero estas escenas son las menos y ahogadas por las escenas lentas donde ocurre muy poco. Desde escenas de sueños que no componen nada a la historia y que solo se añaden para añadir jump scares hasta personajes que no tienen ninguna trascendencia en la trama, “Body Cam” falla en demasiadas cosas básicas y desperdicia una idea que pudo haber sido una interesante película de horror.




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