Director: Alexandre Aja
Guion: Christie LeBlanc
Año: 2021
Una mujer despierta en una cámara criogénica sin conocimiento de cómo llegó allí o de quién es. La cámara criogénica cuenta con un avanzado tipo de inteligencia artificial que es su único aliado en ayudarle a recuperar sus memorias, las cuales pueden ser clave para su supervivencia. Con muy poco oxígeno en la cámara, la mujer se encuentra en una carrera contra el tiempo para descubrir por qué está allí y cómo escapar.
El ver el nombre de Alexandre Aja asociado a esta película fue lo único que necesité para interesarme en verla. Aja, para los que no lo conozcan, es conocido por dirigir películas como “Haute Tension”, el remake de “The Hills Have Eyes” y la reciente “Crawl”. Este director se ha mantenido bastante concentrado en el género del horror, pero su primer largometraje fue un suspenso de ciencia ficción allá en 1999 conocido como “Furia”, así que resulta interesante verlo regresar a sus orígenes (también regresa a su país natal para esta película) con una exitosa trayectoria en su correa.
Esta vez Aja dirige el guion escrito por Christie LeBlanc, quien hace un impresionante debut en este rol, y quien nos transporta junto con la protagonista a una cámara criogénica cuyo nivel de oxígeno está agotándose rápidamente. Al tener exactamente la misma información sobre lo que está ocurriendo que la protagonista, LeBlanc nos mete en su piel, mientras Aja se encarga de crear el suspenso y el sentido de claustrofobia. No puede quedar de lado el excelente trabajo de Mélanie Laurent (“Inglourious Basterds”), quien se adueña de la pantalla desde que aparece en ella y ofrece un desempeño soberbio, donde sentimos todo lo que la protagonista siente.
El principal factor para mantener el suspenso es cómo está estructurada la trama, donde poco a poco vamos descubriendo quién es la protagonista y por qué está en ese lugar. Aunque técnicamente la mujer está sola, la inteligencia artificial con la que cuenta la cámara funciona como un segundo personaje que ayuda a que los diálogos y la historia puedan fluir. Con las conversaciones que la mujer tiene con la cámara, poco a poco va recuperando su memoria y se va haciendo más claro por qué está allí, en lo que LeBlanc hace un gran uso de los giros para continuamente sorprender al espectador, apoyada en los visuales de Aja y la gran interpretación de Laurent.
Aunque esta no es una película de horror, Aja ofrece algunas imágenes perturbadoras y hasta algunos jump scares. Creo que a estas alturas el género está tan metido en su ser que ya no puede contenerse. Como todas las revelaciones en el transcurso de la trama, estas imágenes llegan de forma inesperada y cumplen con su propósito de ser impactantes. También la calidad estética y de efectos de CGI debe ser de lo mejor que ha logrado este director hasta el momento.
“Oxygen”, también conocida como “Oxygène” en su natal Francia, llegó sin hacer mucho ruido a Netflix como el más reciente trabajo del director Alexandre Aja, quien vuelve a hacer uso de los espacios confinados (como en su anterior trabajo “Crawl”) pero esta vez lo lleva al extremo, y se posiciona como uno de los más interesantes estrenos de este año. El director se aleja del horror para regresar a sus raíces en el cine de ciencia ficción, pero presenta algunos efectivos guiños al género y se apoya en las destrezas que ha desarrollado en este para crear mucha tensión. La trama que sigue la película es cautivadora, dependiendo de las revelaciones sorpresivas y del gran desempeño de su protagonista, que meten al espectador de lleno en la incómoda cámara junto a ella y que funcionan de forma excelente.
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