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jueves, 16 de julio de 2020

Reseña: Ju-on: Origins


Director: Sho Miyake
Guion: Takashige Ichise y Hiroshi Takahashi
Año: 2020

El cine de horror asiático siempre ha sido de mi interés y fueron “Ju-on” y “Ringu” las responsables de despertar esa curiosidad en mí y de traumatizar parte de mi juventud. Con el pasar del tiempo este sector del cine de horror ha continuado refinándose pero no todas las películas de este sector ha seguido esa línea. Solo basta con ver la más reciente entrada a la franquicia de “Ju-on”, “The Grudge” estrenada a principios de este mismo año, para entender el origen de este comentario.

“Ju-on: Origins” sigue una serie de historias que tienen en común un acto de violencia extrema en la misma casa que despierta una vengativa fuerza sobrenatural. Un famoso escritor e investigador de eventos paranormales se dedica a recopilar estas historias en busca de su origen y de entender cómo este lugar está atado a su vida.


Aunque se puede argumentar con toda la razón que “The Grudge” no pertenece a este sector de cine de horror asiático por el hecho de ser una película estadounidense, “Ju-on: Origins” conserva sus raíces japonesas y expresa los mismos problemas que se vieron en esta película. De hecho, luego de ver “The Grudge” pensaba que ya la franquicia no podía ir a peor, pero se ve fácilmente superada de la peor forma por esta serie. Al menos la película contaba con algunas imágenes escalofriantes, mientras que esta serie carece de todo ese elemento terrorífico que propulsó la popularidad del vengativo fantasma.

Luego de desperdiciar tres horas de mi vida que jamás recuperaré en esta serie, lo único que encontré asociado a “Ju-on” es que su tema tiene que ver con un fantasma que sigue a los que entran a una casa hasta causarles una espantosa muerte. Esta nueva historia que llega de manos del director Sho Miyake (“Playback”) y que promete dar luz al origen de la maldición, no sólo olvida atar su historia a la película original, sino que olvida por completo que es una historia de horror y más bien se maneja como un oscuro drama criminal. Como es de sospechar, la serie carece de las imágenes terroríficas que hicieron de Kayako y Toshio los protagonistas de las pesadillas de muchos.


La historia que presentan los guionistas Takashige Ichise (“Ju-on: The Final Curse”) y Hiroshi Takahashi (“Ringu”) mezcla varias historias que tienen lugar en la misma casa en diferentes tiempos, pero que resultan repetitivas y parece solo una forma de justificar su innecesariamente largo tiempo de duración. Aparte, resulta confuso el poder seguir la secuencia de historias cuando se hacen saltos temporales repentinos y no estás seguro de lo que está pasando. Lo que es peor, las historias son poco interesantes y en varias ocurren cosas que no tienen ningún sentido, lo que termina por eliminar cualquier interés que se pueda tener por la trama.

La franquicia de “Ju-on” ha tenido una espectacular vida que nos ha dejado muchos momentos tan terroríficos como memorables, pero a juzgar por lo último que se ha ofrecido, es tiempo de dejarla morir. Cuando pensaba que no se podía hacer nada peor que la última película estrenada este propio año, Netflix trae esta serie con la idea de demostrar que si se puede hacer algo peor. Esta serie solo usa el nombre de la franquicia como una forma de hacer promoción a una historia que guarda muy poca relación con la película que tantos amamos y que carece de los elementos de horror que hicieron esta franquicia famosa.




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