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jueves, 26 de septiembre de 2019

Reseña: Bloodline

Director: Henry Jacobson
Guion: Avra Fox-Lerner, Will Honley y Henry Jacobson
Año: 2019

El ser padre es para muchos una meta de vida, pero no es tarea fácil. Formar una familia corresponde una responsabilidad personal y social grande, comenzando por inculcar valores familiares a este nuevo individuo que se suma a la sociedad. El guion de los novatos escritores Avra Fox-Lerner, Will Honley (“The Hive”) y Henry Jacobson dirigido como su primer largometraje por Henry Jacobson muestra esta responsabilidad y la importancia de mantener los valores familiares vivos y la familia unida, aun en la peor adversidad.

Evan (Seann William Scott; “American Pie”) es un trabajador social que se preocupa por el bienestar de los estudiantes que atiende y que parece ser un hombre ejemplar. Luego de nacer su primer hijo, el estrés entre él y su esposa se elevan de forma que debe recurrir a su pasatiempo favorito para calmar su ansiedad, el cual es asesinar a personas que no cumplen con sus estándares sociales y paternales. Cuando este pasatiempo se sale de control, su familia comienza a correr peligro y para él no hay nada más importante que proteger a su familia.

Aunque “Bloodline” explora varios temas familiares, esta no es una película familiar y esto queda claro antes de que transcurran los primeros tres minutos de la película. En estos primeros minutos presenciamos un asesinato en una ducha por parte de un autor anónimo, que parece un guiño al clásico “Psycho”, que demuestra que esta película será gráfica, y por gráfica quiero decir muy gráfica. La atmósfera, el tono y cuan explícita será queda establecido en esta primera escena.

Tanto el director y los escritores del guion tienen poca experiencia en sus respectivos roles, pero crean una película que parece haber sido hecha por expertos. La elección visual de colores azules y rojos saturados recuerda lo mejores tiempo del cine Giallo italiano que complementa con proeza el tono misterioso con que se maneja la mayoría de la película. Se usan de muy buena forma las retrospectivas (algunas de estas de solo fracciones de segundo) y los montajes (el que aparece cerca del final es genial) para poner en perspectiva al espectador sobre la situación presentada. Sobre esto la música electrónica de fondo hacen de “Bloodline” toda una experiencia audiovisual, más allá de lo que hace con su narrativa. 

Si detrás de las cámaras se hace un trabajo excepcional con esta película, frente a estas mantienen la calidad. El elenco hace un trabajo magnífico, liderado por un Seann William Scott en lo que puede ser la mejor interpretación de su carrera. El estar acostumbrado a verlo en comedias como “American Pie” o en papeles no tan importantes como en “Final Destination” hace que se subestime su talento como actor, pero en esta película nos hace recordar o descubrir lo que es capaz de hacer. Mariela Garriga (“Nightmare Cinema”) y Dale Dickey (“The Pledge”) como su esposa Lauren y su madre Marie, respectivamente, complementan la historia y el trabajo de Scott con excelentes interpretaciones.

“Bloodline”, una colaboración entre Divide/Conquer, Mind Hive Films y Blumhouse Productions, presenta una trama donde predomina como tema la familia, los problemas y abusos dentro de esta y la unión familiar. La poca experiencia del director y escritores en sus respectivas tareas no afecta en lo absoluto lo que termina siendo esta película en su capacidad audiovisual y narrativa. Solo el final se siente que queda un poco por debajo de la calidad del resto de la película, pero aun así es uno impactante y sirve como una buena clausura. La historia es interesante, los visuales cautivadores y las interpretaciones impresionantes. Solo queda decir que esta película es una joya infravalorada que más fanáticos del horror merecen ver.





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