Reseña: A Banquet

Director: Ruth Paxton

Guion: Justin Bull

Año: 2022

Las condiciones de salud mental y el tema de las posesiones han ido de la mano por mucho tiempo tanto en el cine de horror como en la historia de la humanidad. A falta de conocimiento, un diagnóstico certero y superstición, muchos síntomas de condiciones de salud mental se pueden malinterpretar por acciones de una entidad maligna. Esta dicotomía ha sido la base de muchas películas de horror sobrenatural, y es la base de la trama de “A Banquet”.

Luego del suicidio de su padre, Betsey y su familia intentan sobreponerse a la carga emocional y financiera que ha significado su partida. Durante una fiesta con amigos, Betsey tiene un encuentro sobrenatural, el cual la lleva a pensar que ha sido elegida por un poder superior, Betsey desarrolla una fuerte apatía por la comida y su personalidad cambia por completo. Su madre Holly busca la forma de ayudar a su hija, sin saber si todo es producto de una enfermedad psicológica o si se trata de algo sobrenatural.

En los primeros compases de “A Banquet” la directora Ruth Paxton y el guionista Justin Bull (“Merge”) tienen una idea clara de lo que quieren que sea su historia. La película comienza con un tono oscuro que mantiene al espectador intrigado en su desarrollo. A medida que se desarrolla la trama vamos conociendo a Betsey y su familia y nos vamos adentrando a las dificultades que viven luego de la muerte de su padre y como cada uno busca la forma de ajustarse a su nueva realidad. Hasta aquí ambos la directora y guionista parecen muy seguros de lo que quieren presentar y en la dirección en la que quieren llevar la trama.

Entonces llega el momento de tomar una decisión y toda confianza puesta en la dirección de la trama se va por la borda. En vez de tomar un camino o el otro, deciden irse por el lado de lo ambiguo y dejar en manos del espectador una decisión que debió haber estado contemplada con firmeza en el guión. Como consecuencia, todo el trabajo que se dedica a crear la atmósfera y desarrollar los personajes no sirve de nada.

Más allá de no sacarle partida al trabajo que ya se había logrado, también tiran la toalla en el aspecto del horror, que es en el género en el que se promociona esta película. Cuando esperas que los elementos de horror con los que se juega durante el desarrollo hagan su despliegue en el tercer acto, la realidad está muy lejos de la expectativa. Un final que prometía ser pura pirotecnia termina siendo decepcionante y frustrante, como si se hubiese mojado la pólvora. 

“A Banquet” tiene todo lo que necesita para ser una gran película, excepto en tomar una decisión en la que dirigir el desenlace de su historia. El elenco hace un buen trabajo y la primera hora de película crea un ambiente tenso acompañado de una trama intrigante, pero una vez llega el tercer acto todo ese trabajo queda en nada. En vez del final de banquete que se nos ofreció nos quedamos con unas decepcionantes migajas de lo que pudo ser.