Reseña: Bloodthirsty

Director: Amelia Moses 

Guion: Wendy Hill-Tout y Lowell

Año: 2021

Luego del éxito de su primer disco, Grey quiere mantener ese estándar y consigue un manejador y productor dispuesto a ayudarle con su nuevo disco. Grey también lucha contra extrañas alucinaciones donde se ve cómo se convierte en un animal. Durante el tiempo que pasa en la retirada casa del productor trabajando en su música, Grey comienza a descubrir cosas de sí misma que la llevan a una sorprendente realización.

“Bloodthirsty” se apunta como la tercera película en lo que va de año donde presenciamos la transformación de una mujer en una criatura, las otras dos siendo “Ten Minutes To Midnight” y “Jakob’s Wife”, ambas sobre vampiros. Esta película no utiliza a los vampiros, sino a otro tipo de criatura, algo más feral y contrapuesto a los vampiros. Esta vez la transformación es en un lobo.

Durante toda la película, la protagonista Grey (Lauren Beatty; “Jigsaw”) lucha contra alucinaciones e impulsos animalísticos que la llevan a pensar que hay algo mal consigo misma. Una vegana de toda la vida de repente se ve atraída a la carne cruda y su música comienza a reflejar sus impulsos. Su nuevo productor Vaughn (Greg Byrk; “Rabid”) parece entender por lo que está pasando al joven y la incita a aceptar estos impulsos. El guion de Wendy Hill-Tout (“Marlene”) y Lowell parece plantear un comentario sobre la industria musical y como trata a los artistas, pero su metáfora no es del todo clara.

En toda película de transformación, el producto final es esencial; particularmente cierto en “Bloodthirsty”, donde su directora Amelia Moses (“Bleed With Me”) cuaja su trama a fuego lento alrededor de este evento, el cual va dejando pistas y coqueteando con la idea, pero no ocurre hasta el tramo final. Para mala suerte, el diseño de la criatura es decepcionante y no está a la altura de las expectativas creadas, ni de lo que la película logra hasta ese momento.

Uno de los aspectos positivos es el uso de efectos prácticos para lograr la transformación, asistidos por mínimo CGI que lleva a recordar a las películas de hombres lobo que resaltaron por en el uso de efectos prácticos, como “An American Werewolf in London” o “The Howling”, aunque es injusto compararla con esos clásicos. De igual forma, el apartado de sonido juega un papel crucial en el desarrollo, tratándose de una trama que gira en torno a una cantautora. El repertorio musical utilizado le cae como anillo al dedo, posiblemente porque una de las escritoras del guion, Lowell, es quien compuso varias de las canciones que la acompañan. También destaca la representación positiva de una relación homosexual entre la protagonista y su novia Charlie (Katharine King So; “Transplant”), sin que esta sea el centro de atención ni un punto de conflicto en la trama.

“Bloodthirsty” se adentra en el horror corporal y las transformaciones usando como medio la trayectoria de una artista y la presión que siente para mantener su éxito actual. Utiliza el mito de los hombres lobo, pero le da un giro único, una criatura decepcionante y varios giros inesperados. La trama se desarrolla a fuego lento y depende mucho del desempeño de sus actores, los que hacen un buen trabajo, y de cómo se construyen las escenas alrededor del excelente apartado de sonido.