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martes, 2 de marzo de 2021

Reseña: Dementer

Director: Chad Crawford Kinkle

Guion: Chad Crawford Kinkle

Año: 2021


Luego de escapar de un culto, una mujer intenta retomar su vida. Como parte de sus esfuerzos, consigue trabajo asistiendo a personas con necesidades especiales. En su trabajo conoce a Stephanie, una mujer con síndrome de Down con la que siente una especial afinidad. Al poco tiempo de estar allí, la salud de Stephanie comienza a deteriorarse y la mujer está convencida de que es víctima de las mismas fuerzas malignas de las que ella escapó.


En las primeras escenas de “Dementer” conocemos a Katie (Katie Groshong; “A Measure of the Sin”), a quien seguimos por el resto de la película. Estas escenas revelan que Katie está claramente afectada por alguna mala experiencia que quiere dejar atrás, resaltado por el sinnúmero de atrapadores de sueño en su auto y sus claras muestras físicas de ansiedad mientras es entrevistada para un trabajo. El director y guionista Chad Crawford Kinkle (“Jug Face”) ofrece más información al intercalar imágenes que parecen ser recuerdos al azar que atormentan a Katie.



El intercalar imágenes al azar dentro de la trama principal le da un aire de película experimental y a la misma vez la hace confusa. Durante el desarrollo de la trama no se de información sobre el trasfondo de Katie, sino que es tarea del espectador atar las imágenes y pedazos de información para tener una idea de lo que pudo haber pasado. Tampoco provee información para determinar si las imágenes en la cabeza de Katie son reales o producto de un trastorno psicológico.


Durante toda la película reina un tema paranormal ritualístico que la hace inquietante, pero nunca se traduce a horror. Mas bien juega con el suspenso, coqueteando de vez en cuando con el horror y cuando parece que va a adentrarse en él no sea atreve a dar el paso. Más bien prefiere sugerir muchas cosas; tanto que se vuelve difícil de seguir. Lo mismo ocurre con la música, una genial banda sonora que sugiere más horror del que presenta, pero que se hace tan repetitiva que a la mitad de la película ya ha perdido toda su efectividad.



Una de las áreas llamativas de “Dementer” es el poder ver como se le da oportunidades en el cine a personas con discapacidades, especialmente un grupo tan subrepresentado como las personas con síndrome de Down. En vez de buscar actuaciones pre planificadas, Kinkle hace un esfuerzo por capturar las acciones cotidianas de estas personas y los empleados que los asisten y logra que todo luzca con naturalidad. Sin embargo, su condición solo se utiliza como un punto de vulnerabilidad y para nada más importante en la trama.


Para los que disfrutan de películas de horror independientes de micro presupuesto que juegan con visuales y una trama algo abstracta, “Dementer” se postula como una interesante opción. La trama coquetea varias veces con el horror, pero el aire inquietante que la persigue de comienzo a fin nunca se traduce a un momento horrorífico o memorable, más bien prefiere sugerir y que sea el espectador el que llegue a sus propias conclusiones. En este esfuerzo por ser abstracta se vuelve confusa y puede resultar difícil de seguir para los que busquen algo más directo y concreto.




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