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lunes, 26 de octubre de 2020

Reseña: The Void

Director: Jeremy Gillespie y Steven Kostanski

Guion: Jeremy Gillespie y Steven Kostanski

Año: 2016


Vacío: un espacio completamente carente de materia. Es irónico como el vacío puede también representar algo tan infinito y que nos pone como individuos en una posición vulnerable al ser tan insignificantes en comparación con su vasta extensión. Esta es una de las cualidades que hacen del horror cósmico uno tan escalofriante.


Un oficial de la policía de un pequeño y tranquilo pueblo encuentra a un hombre herido en la calle y lo lleva a un hospital. Dentro del hospital, el policía y el pequeño grupo de empleados comienza a experimentar una serie de eventos violentos e inexplicables. Lo que sucede dentro del hospital parece estar atado a un culto cuyos miembros han rodeado el hospital para impedir que puedan salir de él. 



La locura que se presenta en “The Void” no tarda mucho tiempo en aparecer y antes de que transcurran los primeros 15 minutos el gore y el horror corporal hacen acto de presencia. Una vez en el hospital uno de los personajes intenta salir y se encuentra con que el hospital ha sido rodeado por personas con mantos blancos y un triángulo negro en el área de la cara, lo que indica que algo no está bien y que parece ser el acto de un culto. Al regresar al interior del hospital se desata todo el caos junto con la exhibición de efectos especiales e imágenes perturbadoras.


La forma en que somos introducidos a la historia principal es tan abrupta como irrumpe el caos y lo que está sucediendo se revela al espectador a la vez que lo descubren los personajes principales que seguimos durante la duración de la película. Mucho de la historia no se explica a profundidad, pero tampoco resulta necesario para entender la trama ni disfrutar de la película. Los personajes y sus situaciones tampoco son bien desarrollados, pero logran interesarnos por ellos gracias al buen trabajo del elenco protagonista compuesto por Aaron Poole (“The Captive”), Kenneth Welsh (“Twin Peaks”; “The Fog”) y Ellen Wong (“Scott Pilgrim vs The World”).


Los efectos especiales en “The Void” son espectaculares y algo que siempre da de que hablar entre los que se han dado la oportunidad de ver esta película y cuya calidad está al mismo nivel de películas como “The Thing”, “Hellraiser” o “Re-Animator”. La visión exotérica y repugnante de los codirectores y coescritores Jeremy Gillespie (“Father’s Day”) y Steven Kostanski (“Leprechaun Returns”) para la creación de las criaturas es un homenaje a la visión de H. P. Lovecraft y a otras películas que han tratado de captar en el cine la narrativa inimaginable del escritor. En combinación con los detallados y etéreos efectos de sonido y el buen uso de la iluminación y sombras crean un ambiente opresivo y terrorífico que solo puede ser clasificado como uno infernal.



Aparte del evidente simbolismo sobre una fuerza inexplicable y lo insignificante que podemos ser los humanos antes ella, esta película trabaja el tema recurrente de la paternidad. La gran mayoría de los personajes principales de la película tienen algún vínculo traumático con este tema y se vuelve más importante en el desenlace. Sin embargo, al igual que los personajes y otros eventos en la trama, este simbolismo queda subdesarrollado y no se llega a aprovechar de la mejor manera.


“The Void” ofrece una de las más terroríficas visiones del horror cósmico que tienen sus raíces en el trabajo del visionario escritor H. P Lovecraft, cuyos escritos son notorios por su dificultad de presentar en pantalla por lo complicado de llevar a la realidad su visión exotérica. Sin quedar exenta de fallas en su trama y desarrollo de personajes, ofrece una visión infernal sobre el poder desconocido y la insignificancia individual ante tan majestuosa e imponente infinidad. Sus excelentes efectos visuales ayudan a que esta inimaginable visión llegue a la pantalla de la forma más terrorífica posible.




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