Director: Edward Drake
Guion: Edward Drake y Piper Mars
Año: 2020
Luego de varios incidentes violentos en la escuela, Chance Sinclair es enviada por sus padres a vivir con su abuelo. Su abuelo es un hombre extraño y excéntrico, que vive en una recluida mansión en las montañas y que es dueño de una exorbitante fortuna. En el tiempo que Chance pasa con su abuelo comienza a descubrir los oscuros secretos de su familia que salen a relucir en una cena familiar, en la que se demuestran las verdaderas caras de la familia.
Chance (Avery Konrad; “Sacred Lies”) no puede pasar mucho tiempo en la luz ya que su piel comienza a reaccionar y necesita transfusiones de sangre con regularidad, lo que sus padres han adjudicado a una condición médica. Una vez en la casa de su abuelo, el cocinero (Jonathan Lipnicki; “Stuart Little”) que fue contratado para preparar el festín de la cena familiar y el que conoce varios detalles sobre la familia, la confronta sobre la verdad sobre estas condiciones y esto la lleva a buscar respuestas en su familia. Durante los preparativos y en la cena comienza a descubrir que sus condiciones médicas están atadas a una realidad mucho más siniestra.
Si tuviese que resumir mi experiencia con “Broil” en una palabra, mi selección sería irritante. Antes de continuar con las razones que me llevan a esta descripción, debo decir que en general disfruté de la historia que presenta el director Edward Brake (“Animal”) quien también coescribe el guion junto a Piper Mars, una historia interesante, divertida y con originalidad. Por la mayor parte de sus 90 minutos de duración me mantuvo intrigado e interesado en lo que estaba ocurriendo y en eventual desenlace de la historia.
Lo que me lleva a decir que mi experiencia fue irritante es lo interesante que me pareció su premisa y lo corta que queda de explotar su potencial. Una de sus limitaciones es que la historia se cuenta en segmentos parecidos a capítulos, los cuales saltan de personajes y tiempos y en partes resulta muy confuso el poder entender lo que está sucediendo y cómo se ata al resto de la historia. También se hace énfasis sobre características o eventos en algunas escenas que luego no se retoman o que solo se utilizan para hacer algún chiste pasajero y que parecen ser más un problema de poder enfocar las ideas. Este mismo problema se repite cuando se quiere presentar la naturaleza de la familia, la cual no pueden decidir si son demonios, caníbales o vampiros y apuestan por una extraña combinación de todos.
En el aspecto técnico lo único que destaca es la música de fondo, la cual en algunas escenas es demasiado imponente e interrumpe los diálogos. El resto es bastante neutral, con buena cinematografía, música y visuales, pero nada espectacular. Sin embargo, las actuaciones si destacan, con un excelente desempeño de Konrad y Lipnicki, al igual que de los más reconocidos Timothy V. Murphy (“The Lone Ranger”) y Lochlyn Munro (“Scary Movie”).
“Broil” ofrece una historia original e interesante sobre familias disfuncionales y luchas familiares por poder y fortuna, que queda lejos de explotar su potencial principalmente por no poder enfocar correctamente sus ideas. Aunque la historia sufre de estar por todos lados, resulta interesante y entretenida, en especial el tramo final y el inesperado y emotivo desenlace. Al final resulta irritante que una historia que pudo haber dado paso a una excelente película sólo pueda considerarse como una buena película de horror.
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