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sábado, 9 de mayo de 2020

Reseña: Z


Director: Brandon Christensen
Guion: Brandon Christensen y Colin Minihan
Año: 2020

El cuco o coco es una entidad que a circulado el mundo del horror desde sus inicios y que ha encontrado cómo manifestarse de diferentes formas. Aunque su acercamiento puede ser distinto, su finalidad es la misma: aterrorizar a sus víctimas y de paso al espectador. “Z” no es necesariamente una película sobre algún tipo de cuco, pero si toma prestadas algunas de sus características.

Joshua es un niño con una imaginación muy activa por lo que cuando comienza a hablar con un amigo imaginario sus padres no se preocupan mucho. Sin embargo, desde que comienza a mencionar a este amigo imaginario su comportamiento comienza a cambiar de forma drástica. Luego de varios incidentes su madre comienza a investigar y descubre que este amigo es más real y peligroso de lo que pensaba.


“Z” comienza con una escena de Joshua, interpretado por Jett Klyne (“The Boy”), jugando con sus juguetes acompañado de efectos especiales reales de fondo, el sueño de cada niño. Esta escena establece la gran imaginación del niño y el mundo que puede crear en ella, por lo que la presencia de un amigo imaginario que para él es real no debería alarmar a nadie. Claro, como espectadores de una película de horror sabemos el giro que esto va a tomar.

Una vez comienza a mencionar a su amigo imaginario, quien lleva por nombre la letra Z, se empieza a notar la mala influencia que este representa para Joshua. Desde este punto el director Brandon Christensen (“Still/Born”), quien también coescribe el guion junto a Colin Minihan (“Grave Encounters”) nos ofrece diferentes imágenes impactantes que se repiten a través de la película relacionadas a la relación de Joshua con Z y las acciones de este último, de quien en su mayoría solo vemos destellos y lo hacen más terrorífico aún. En este aspecto no se ofrece mucho que no se haya visto antes en el cine de horror, pero las imágenes están muy bien realizadas y aún las que son esperadas llevan el impacto deseado. 


La parte visual de “Z”, salvo algunos momentos de horrible CGI, junto con la historia y las interpretaciones, particularmente de Josua y su madre (Keegan Connor Tracy; “Final Destination 2”), se complementan bien y deberían generar una mejor reacción, pero se siente como una película que nunca logra conectar con el espectador y siempre se siente como que le falta algo. Un posible factor responsable de esto son los personajes, que algunos, como el padre de Joshua (Sean Rogerson; “Underworld: Evolution”) se proyecta como un padre y esposo ausente e incompetente y por el que no logras interesarte, mientras que otros no tienen mucha razón de existir en la historia. 

“Z” mantiene al espectador intrigado con su trama y visuales y sostiene la duda sobre si lo que sucede es producto de una entidad sobrenatural o si es producto de la imaginación. Sin embargo, es de las películas que, aún siendo buenas, sientes que te deberían haber gustado más y que por alguna razón se sienten como que no llega al nivel que debió. Definitivamente vale la pena verla por su historia, momentos impactantes y su interesante final, pero sin esperar una maravilla de película y considerando que no ofrece nada novedoso al género del horror.




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