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jueves, 2 de abril de 2020

Reseña: The Room


Director: Christian Volckman
Guion: Sabrina B. Karine, Eric Forestier y Christian Volckman
Año: 2020

¿Cuáles serían tus deseos de existir un cuarto que conceda todos los deseos materiales que puedas imaginar? “The Room” expande ese concepto que se dio a conocer en la saga de “Harry Potter” con la Sala de los Menesteres, pero como hemos visto en películas menos amigables como “Wishmaster”, los deseos concedidos tienen un precio.

Matt y Kate se mudan a una nueva casa en un área rural desolada. En el proceso de mudarse y acomodarse al nuevo lugar descubren que la casa tiene un cuarto adicional oculto, el cual descubre que es capaz de concederles cualquier deseo material. Luego de intentar sin éxito de tener hijos, lo que más desean es un niño, pero los deseos que cumple el cuarto tienen un costo. 


La idea que trabaja “The Room” es sumamente interesante y abre oportunidades infinitas sobre hacia dónde se puede dirigir. En este caso el guion de Sabrina B. Karine (“The Innocents”), Eric Forestier y el también director Christian Volckman (“Renaissance”) prefiere tomar una ruta más emocional al explorar la relación de una pareja cuando se propone a utilizar el poder del cuarto para cumplir su fantasía de ser padres. Sin embargo, la ejecución de la idea no hace justicia a su originalidad y cuán interesante es.

La gran mayoría del tiempo seguimos las acciones de ambos integrantes de la pareja y sus acciones en una historia que depende mucho de cuanto el espectador se pueda identificar con los personajes. En contra de esto juega la construcción de estos personajes que constantemente toman decisiones ilógicas que van en contra de la personalidad que se expone. De igual forma, las actuaciones del elenco protagonizado por Olga Kurylenko (“Quantum of Solace”) y Kevin Janssens (“Revenge”) acentúan los problemas de los personajes y perjudican aún más su construcción y el potencial de que el espectador se identifique con ellos.


Lo que si se hace muy bien en esta película es la forma en la que la historia es complementada con la cinematografía. Solo con plasmar algunos elementos bien escogidos en la escena Volckman logra decir mucho sobre lo que pasa con cada personaje y ayuda a dar más información sobre cómo se sienten y lo que desean. Cabe resaltar que esta es una película que cuenta con muy pocos o ningún efecto especial, por lo que el utilizar la cinematografía como factor estético a la vez que como vector de exposición no es una labor trivial y el director excede en este ámbito.

“The Room” mezcla el suspenso y la ciencia ficción con la filosofía de la paternidad y un concepto sumamente interesante sobre un cuarto que puede conceder deseos materiales. La forma en que se elabora la historia, las interacciones entre los personajes y su desarrollo afecta el potencial del concepto y esto empeora con los múltiples agujeros en su trama y sus predecibles giros. “The Room” tiene tantas virtudes como defectos y me parece que es de esas donde la mayoría de los que la vean la amarán o la odiarán y solo unos pocos, como yo, quedamos neutrales reconociendo el potencial que tiene, pero frustrados por cómo se ve lastrado.




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