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martes, 7 de enero de 2020

Reseña: Dracula (Netflix)


Director: Mark Gatiss y Steven Moffat
Guion: Mark Gatiss y Steven Moffat
Año: 2020

Netflix sorprendió al mundo del horror y a los fanáticos de los vampiros al anunciar que estaría reviviendo al chupasangre más famoso de la historia. Sorprende aún más al dar esta encomienda a Mark Gatiss y Steven Moffat, un dúo que ha estado al mando de series como “Sherlock” y “Doctor Who". “Dracula” llega como una miniserie que busca modernizar al mítico vampiro sin olvidar su pasado en la literatura y el cine clásico.

Es el año 1897 y el Conde Dracula planifica su viaje a Inglaterra. Para esto cuenta con la ayuda de Jonathan Harker, quien es un agente de bienes raíces que no está consciente de los sanguinarios planes de Dracula. Sin embargo, el vampiro encontrará algunos obstáculos en su plan, el más importante en la forma de su archienemigo Van Helsing.

La miniserie “Dracula” está dividida en tres episodios de aproximadamente 90 minutos, para un total de aproximadamente cuatro horas y media. El largo de la serie es óptimo para poder indagar en la historia sin fatigar demasiado al espectador. 


El primer episodio titulado Las Reglas de la Bestia introduce a Dracula y su archirrival Van Helsing, al igual que establecen la atmósfera gótica que predomina a lo largo de la serie. El segundo episodio Recipiente de Sangre, presenta la travesía de Dracula en la embarcación Demeter rumbo a Inglaterra, el cual ofrece los giros y situaciones más interesantes de la serie, al igual que un ingenioso juego de palabras con su título. El tercer y último episodio es titulado El Compás Oscuro y presenta a Dracula en la modernidad adaptándose a lo que ofrecen los nuevos tiempos y su rápido desarrollo y enfrentándose a un nuevo rival en la genealogía Van Helsing.

La serie es basada en la novela de Bram Stoker, pero se concede muchas libertades que los que estén buscando una adaptación fiel de la novela pueden resentir. Algunos personajes importantes de la novela como Jonathan Harker, Mina y las esposas aparecen en la serie, pero no son el foco de esta. De igual forma se introducen personajes y situaciones que no tienen lugar en la novela, sobre todo en el tercer episodio donde Dracula se encuentra en la modernidad.

El respeto que los creadores Mark Gatiss y Steven Moffat (“Sherlock) tienen por la mitología clásica del vampirismo, en particular la que respecta a Dracula es evidente. El parecido físico del vampiro recuerda al de Christopher Lee cuando junto a Peter Cushing interpretaron a Dracula y al Dr. Van Helsing respectivamente a finales de la década de los ‘60 y comienzos de los ‘70 como parte de la aclamada compañía de producción Hammer Films. Claes Bang (“The Square”) vuelve a darle al vampiro ese aire clásico y aristocrático que lo distingue, enfatizando en la inteligencia y presencia del vampiro, sin olvidar su carácter salvaje y sanguinario.


Lo que más se enfatiza en la totalidad de la serie es en la relación entre Dracula y Van Helsing, una dinámica que brilla por las excelentes interpretaciones de Bang y Dolly Wells (“Pride and Prejudice and Zombies”) en sus respectivos papeles. La química entre los actores lleva a crear una tensión palpable entre ambos, pero sin evitar sentir una conexión entre ambos. También hay muchos momentos de humor entre ambos, en donde destacan los momentos en los que atienden las reglas de los vampiros, su procedencia y su lógica, algo que se mantienen relevante en la historia hasta el final.

Cada episodio va sobrado de sangre, como es de esperar, pero sorprende la cantidad de imágenes terroríficas y horror corporal que se presentan. Los muertos vivientes, más allá de los vampiros, tienen un lugar importante en la historia y son los responsables de las imágenes terroríficas gracias a un bien realizado maquillaje. Las escenas de horror corporal son inesperadas, pero bien recibidas, aunque pierden un poco de impacto al usar un CGI que no luce bien; una de las debilidades de la serie. 

Mark Gatiss y Steven Moffat se han especializado en crear mini series para plataformas digitales y con “Dracula” demuestran que esto es lo que está en su sangre. En este caso hacen un buen balance entre el vampiro clásico y el cine y televisión modernos, el horror y el humor y el respeto a los clásicos y la originalidad. “Dracula” es una excelente serie de horror solo mermada por un CGI que por momentos luce horrible y un final que pudo haber sido mejor y que se posiciona como una de las series que todo fanático del horror y de los vampiros debe ver.






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