Reseña: The Descent

Director: Neil Marshall

Guion: Neil Marshall

Año: 2005

Si preparara una lista sobre los peores lugares en los que una persona pudiera perderse, una cueva estaría en los primeros puestos. La oscuridad, el aire denso y el sentido de claustrofobia son suficientes para lograr que una persona pierda el control, y si a esto le sumamos criaturas adaptadas a estas condiciones listas para despedazarte, pueden convertir cualquier intento de aventura en tu peor pesadilla. Pues justo esto es la base de “The Descent”.

Sarah, quien hace un año perdió a su esposo e hija en un horrible accidente automovilístico, se reúne con sus amigas para una aventura en un sistema de cuevas. Las seis amigas quedan atrapadas en el sistema de cuevas con pocas probabilidades de escapar ya que, sin decirles, Juno, una de las amigas, no las llevo a un lugar turístico como les prometió, sino a un sistema sin explorar. Dentro de estas cuevas habitan unas criaturas salvajes dispuestas a aprovechar estas presas que voluntariamente llegaron a su guarida.

Parte importante del desarrollo de la trama es la exploración de los personajes. El elenco es casi exclusivamente femenino y todas son mujeres fuertes y empoderadas. Los personajes que más se desarrollan son Sarah y Juno y entre ellas existe una cierta incomodidad por la posible infidelidad de Juno con el fallecido esposo de Sarah. Inicialmente vemos a Sarah deprimida y vulnerable luego de su pérdida, pero mientras transcurren los eventos en la cueva se va transformando hasta tener un simbólico renacer en un estanque de sangre como una persona sin miedo. El caso de Juno es distinto, ya que vemos una mujer que en esencia no es una mala persona, pero ha tomado malas decisiones que afectan a los demás y es en el peor lugar donde recibe las consecuencias de estas decisiones.

Lo que más ayuda a que “The Descent” sea una buena película es que su guion no trata de reinventar la rueda y es simple y efectivo. En el primer acto se dedica a exponer algo de trasfondo sobre Sarah y Juno, los únicos personajes que tienen algo de desarrollo y a dar exposición a las interacciones entre las seis chicas. Este primer acto es algo lento y se siente más como una película de drama. Luego de esto vamos directo a la cueva y ya aquí cambia completamente el tono. 

Desde antes de adentrarse a la cueva hay señales de que algo no marcha bien y el espectador queda en alerta sobre lo que puede suceder. Una vez se adentran en la cueva, ocurre lo que peor puede pasarles: un movimiento en las rocas causa que el camino por el que entraron quede completamente sellado. Este evento es suficiente para elevar la tensión, pero lo peor está aún por verse. 

Caminos estrechos y precipicios son algunos de los obstáculos que las jóvenes tienen que superar antes de encontrarse con el peor de los desafíos, el cual viene en forma de feroces criaturas que habitan en esta cueva. Estas criaturas son cazadores por naturaleza los cuales son ciegos y que se dejan guiar por su audición, elementos importantes a la hora de preparar algunos jump scares. El diseño de estas criaturas es efectivo en hacerlas terroríficas y los efectos de alumbrado no hacen más que elevar su potencial de desarrollar pesadillas. 

El aspecto técnico de esta película es como poco impresionante. El uso escaso y creativo del alumbrado captura el sentido de claustrofobia que se debe sentir en un lugar así y lo transmite al espectador, base fundamental para mantener alta la tensión. Este escaso alumbrado también ayuda a que la cueva se sienta como una sin final y sin posibilidades de escapar, a la vez que mantienen viva la posibilidad de que algo aparezca en cualquier momento. Como es de esperar, el alumbrado también se utiliza para preparar algunos jump scares y sobra decir que estos son muy efectivos.

“The Descent” es considerada como un clásico contemporáneo del cine de horror y con buena razón. Su simpleza no le limita de poder crear una experiencia tan entretenida como terrorífica en una producción muy bien balanceada en todos sus aspectos. Para esta reseña vi la versión inglesa, que cuenta con un final diferente a la versión estadounidense, esta segunda dejando la puerta abierta para una eventual (e innecesaria) secuela. En lo personal recomiendo la versión inglesa, ya que es un mejor final, aprovechando las emociones y tragedias de la historia y poniéndole fin a un producto que no necesitaba ser expandido.