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jueves, 15 de agosto de 2019

Reseña: Six Hot Chicks in a Warehouse

Director: Simon P. Edwards
Guion: Simon P. Edwards, Kate G. Smith y Kim Dyer
Año: 2019

Sinopsis: Seis modelos son llamadas para una sesión de fotos en un almacén. Esta sesión de fotos representa el último proyecto de un fotógrafo antes de retirarse, pero este tiene otras cosas en mente. Una vez en el almacén, las modelos son obligadas a pelear entre ellas hasta la muerte para complacer los pervertidos deseos del fotógrafo.

Raras veces se puede encontrar un título de una película que sea tan descriptivo de la trama como este. “Six Hot Chicks in a Warehouse” es exactamente lo que el título sugiere, seis mujeres encerradas en un almacén obligadas a pelear. Sin tratar de ser más de lo que sugiere, nos trae buenas dosis de todo lo que se nos viene a la mente al leer el título: mujeres con poca ropa, violencia y diversión. 

Adrian es un fotógrafo profesional que lucha con muchos complejos. Dentro de estos, decide usar un suplemento para ganar masa muscular, el cual vuelve a sus usuarios violentos. Con este conocimiento, llama a un grupo de seis modelos para una sesión de fotos, pero cuyo propósito es el de enjaularlas e inyectarles el suplemento para luego hacerlas pelear hasta la muerte.

Durante la primera mitad de la película sucede poco. Buena parte se utiliza para conocer a una de las modelos, Mira, interpretada por Jessica Messenger. Otra porción dedica a que las modelos se encuentren y lleguen al almacén y la extensa sesión de fotos que allí tienen lugar con Adrian. Esta primera mitad sirve para dar mucha exposición a las seis mujeres, donde hay una infinidad de tomas donde se hace todo lo posible por exponer los cuerpos de las modelos, en especial sus nalgas o sus pezones hincando su ropa. 

Una vez llega la segunda mitad, la historia toma un giro siniestro. Las modelos despiertan enjauladas y comportándose de forma violenta. Todo esto no es más que el plan de Adrian para crear su pervertido proyecto fotográfico, que se basa en capturar imágenes de estas mujeres peleando hasta la muerte. Claro, es importante mencionar que las mujeres pasan esta segunda mitad con vestidos al estilo dominatrix y se sigue buscando un estilo de filmación sexploitation. 

Como se puede esperar de este tipo de películas, la idea es divertirse y no enfocarse tanto en la parte técnica o artística. La trama es simple, las actuaciones lo suficientemente buenas para no ser una distracción y no hay mucho que esperar de las escenas de peleas y gore, más en la línea del sexploitation que de una película de acción. La música es en su mayoría por parte de una banda de rock liderado por una mujer y complementa bien los visuales, pero con un claro desfaz en volumen con el resto de los diálogos.

“Six Hot Chicks in a Warehouse” no es una película para tomar muy en serio por lo que propone en su trama. La historia del director/escritor Simon P. Edwards (“Beneath a Neon Tide”) acompañado en el guion por Kate G. Smith y Kim Dyer (“Beneath a Neon Tide”) fluye bien, pero es simplista con el único propósito de ser una divertida historia de sexplotation. Este no es mi tipo de películas predilectas, pero para los fanáticos de este subgénero, es una película que no deben dejar de ver.

“Six Hot Chicks in a Warehouse” es distribuida por Indican Pictures y estará disponible en DVD y video-on-demand el 3 de septiembre de 2019 en los Estados Unidos.




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