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martes, 13 de agosto de 2019

Reseña: Gwen

Director: William McGregor
Guion: William McGregor
Año: 2019

Sinopsis: Durante la revolución industrial y mientras su padre se encuentra lejos luchando en un conflicto, Gwen junto a su madre y su hermana menor tienen que hacerse cargo de su finca. Como si fuera parte de una maldición, la producción de la finca cada vez empeora, junto con la salud de la madre de Gwen. Todo esto ocurre mientras la familia es presionada a vender su finca para establecer una cantera en su lugar.

“Gwen” tiene lugar en un área remota de Gales, donde el director/escritor William McGregor combina folk horror con drama gótico y añade una pizca de desolación en las fronteras del oeste para crear una pieza muy atmosférica y visualmente impactante. La historia comienza en un tono agradable donde vemos a dos niñas jugando en una hermosa colina con un paisaje impresionante. Una vez transcurre esta escena, por las situaciones que tienen lugar, el tono se va transformando en uno mucho más sobrio, triste y oscuro.

En medio de la revolución industrial, Gwen junto con su madre y su hermana menor viven en una finca en un área de interés para el desarrollo de una cantera. Con su padre lejos de la casa luchando en un conflicto, el peso de manejar la finca es demasiado para las tres. Sobre esto se suma una serie de eventos que perjudican su finca y que les aumenta la presión que tienen encima para vender el lugar a los inversionistas de la cantera.

Una combinación de angustia y estrés lleva a la madre de Gwen, Elen, interpretada por Maxine Peake (“The Theory of Everything”) a enfermarse. Bajo estas circunstancias Gwen se ve en la obligación de tomar las responsabilidades de un adulto para poder cuidar de su madre y hermana, pero enfrenta un enorme reto ya que su madre no la ve como un adulto y en el pueblo nadie simpatiza con la situación que ellas viven. Como si fuese poco, Gwen tiene que ver como su finca y su familia cada vez sufre más ante la inhabilidad de poder controlar lo que sucede, que parece ser parte de una maldición, lo que la lleva a experimentar emociones prematuras para su edad.

La tensión es palpable desde el primer minuto y así se mantiene hasta el anticlimático final; una tarea admirable. El problema es que parece que McGregor nunca supo qué hacer con esta tensión y queda muy desaprovechada. Más que una película de horror se maneja como un drama histórico que en algunas partes sugiere que hay algo sobrenatural envuelto, pero que muy pronto queda esclarecida la razón de los sucesos que llevan a pensar esto. 

Otro problema de la película, que puede ser algo más subjetivo, es que el final es anticlimático y no se siente que esté a la altura de la tensión y sugerencias trabajadas en el resto de la película. Tanto Peake como Eleanor Worthington-Cox (“Maleficent”), interpretando a Gwen, hacen un trabajo impecable en las actuaciones, pero su esfuerzo se siente desaprovechado por un guion al que le faltó un camino más concreto. Durante varias secuencias de la película se presentan eventos que sugieren que algo está sucediendo, pero luego no se aprovecha a profundidad esta idea.

“Gwen” como película de drama histórico sin dudas recibiría una puntuación más alta por mi parte, pero como película de horror falla en muchos aspectos. Hace un excelente trabajo desarrollando la tensión, para luego disiparla en un final que no se siente a tono con ese nivel de tensión. La historia está trabajada de forma lenta, y al final no se siente como que exista una recompensa por la paciencia. Ahora bien, la cinematografía, las actuaciones y, hasta cierta medida la historia, están muy bien trabajadas, solo que no como película de horror.





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