Guion: Shaun Fletcher, Sara Sometti Michaels y Clint Seras
Año: 2019
Darren Lynn Bousman ha tenido una carrera interesante en el cine de horror. Ha demostrado su talento tras las cámaras tanto en tres entregas de la franquicia “Saw” como en los musicales de horror “Repo The Genetic Opera” y “The Devil’s Carnival”. Ha sabido ir desde lo más macabro en “Saw II, III y IV”, como el hacer buen uso de la música y visuales saturados con un poco de imágenes crudas en “Repo The Genetic Opera” o elementos infernales y satánicos en “The Devil’s Carnival”. Con esta mezcla de virtudes siempre es difícil predecir sobre qué será su próximo proyecto y es justo lo que me sucedió con “St. Agatha”. Conociendo muy poco sobre esta película decidí verla con muchas ganas de ver que nos había traído Bousman esta vez.
“St. Agatha” es una película de nunsploitation basada en el año 1950 donde una joven embarazada busca refugio en un convento. Lo que parece ser el lugar ideal para vivir y dar a luz a su bebé pronto comienza a sentirse como un lugar tenebroso. Estrictas reglas son impuestas en sus habitantes y se llega a cualquier extremo para hacerlas cumplir. Esta joven comienza a descubrir los secretos y el verdadero propósito de este lugar y debe buscar una forma de escapar para salvaguardar su bienestar y el de su hijo.
Desde temprano en la película se puede apreciar que uno de los puntos más destacados será la atmósfera. Se dedica mucho esfuerzo a cuidar los visuales, los sonidos y la música mientras que el desarrollo de la historia se da de forma pausada. Esta combinación logra por mantener al espectador incómodo, a la espera de que algo malo ocurra, lo cual es apoyado por el comportamiento de las personas en el convento y esa sospecha constante de que algo anda mal en este lugar. La música es sumamente interesante y particular, y aunque en algunos casos resulta un poco repetitiva, termina dándole su propia personalidad a la película, una habilidad que Bousman ha desarrollado por su experiencia en películas de opera rock.

Aunque la promoción, algunas escenas y algunos efectos de sonido invitan a pensar que algo sobrenatural ocurrirá, esto no es así. Por el contrario, funciona como suspenso psicológico y el terror de “St. Agatha” reside en el control que se ejerce en el convento con la autoridad y reglas de las monjas a cargo, a las que las mujeres refugiadas allí tienen que acceder por no tener otro lugar a donde ir. Esto da paso a que las monjas pasen a ser de estrictas a abusivas, poniendo en duda el que realmente les importe las mujeres que están allí y que las refugiadas sean sumisas ante el miedo de lo que les puedan hacer si desobedecen, combinado con la impotencia de no poder salir de allí. Este abuso de autoridad es el vector para algunas escenas que resultan difíciles de ver, así demostrando la experiencia de Bousman con un tipo de cine más macabro.

“St. Agatha”, aunque lejos de ser su mejor película, demuestra la versatilidad de un director que siempre ha buscado innovar a través de su carrera. Con este filme explora el género de nunsploitation combinado con el suspenso psicológico, aumentando su lista de destrezas y experiencia en el cine y pone su firma a un producto entretenido y de muchísimo suspenso. Queda la sensación de que en esta oportunidad se mantuvo en el lado más conservador y trabajó más el suspenso y la atmósfera, aunque algunas escenas en las que más de uno se tapará los ojos son la antítesis de este argumento.
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