Guión: Mitzi Peirone
Año: 2019
Películas extrañas donde las haya, “Braid” se asegura un lugar entre ellas. Tan estéticamente impresionante como lo es confusa, “Braid” rompe los esquemas del cine de horror y se presenta como una propuesta fresca y osada.
En “Braid” dos amigas vendedoras de drogas quedan en deuda con su suplidor cuando pierden la mercancía en una redada policíaca. Para pagar esta deuda deciden visitar a una amiga rica, pero psicótica, con la esperanza de poderle robar su fortuna. Una vez en en la hacienda de su amiga deben tomar parte en un juego de su niñez, solo que con un giro perverso.
“Braid” más que una película de horror es una exploración de técnicas y creatividad cinematográfica. Los juegos de colores son constantes, desde escenas de colores saturados hasta escenas en blanco y negro y de efectos alucinógenos. De igual forma se juega con el estilo de las tomas, panorámicas, cercanas, al revés y de cualquier otra forma que se les pueda ocurrir. Todo esto es utilizado de forma favorable y logra cautivar e intrigar para mantener la atención del espectador. Cabe resaltar una escena en particular donde se usan colores rosas y violetas para resaltar los efectos alucinógenos de una droga como una de las más creativas e interesantes de todo el filme.


“Braid” resulta ser toda una experiencia en el apartado visual, con gran uso de colores y tomas. Toda la creatividad desplegada en los visuales se ve mermada por un guión débil. Aún así se ve un futuro muy prometedor para la directora y escritora Mitzi Peirone, que ha demostrado su talento en su primer largometraje, dejando una propuesta artísticamente rica y muy entretenida, a la vez que confusa.
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