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jueves, 7 de febrero de 2019

Reseña: Braid

Director: Mitzi Peirone
Guión: Mitzi Peirone
Año: 2019

Películas extrañas donde las haya, “Braid” se asegura un lugar entre ellas. Tan estéticamente impresionante como lo es confusa, “Braid” rompe los esquemas del cine de horror y se presenta como una propuesta fresca y osada.

En “Braid” dos amigas vendedoras de drogas quedan en deuda con su suplidor cuando pierden la mercancía en una redada policíaca. Para pagar esta deuda deciden visitar a una amiga rica, pero psicótica, con la esperanza de poderle robar su fortuna. Una vez en en la hacienda de su amiga deben tomar parte en un juego de su niñez, solo que con un giro perverso.

“Braid” más que una película de horror es una exploración de técnicas y creatividad cinematográfica. Los juegos de colores son constantes, desde escenas de colores saturados hasta escenas en blanco y negro y de efectos alucinógenos. De igual forma se juega con el estilo de las tomas, panorámicas, cercanas, al revés y de cualquier otra forma que se les pueda ocurrir. Todo esto es utilizado de forma favorable y logra cautivar e intrigar para mantener la atención del espectador. Cabe resaltar una escena en particular donde se usan colores rosas y violetas para resaltar los efectos alucinógenos de una droga como una de las más creativas e interesantes de todo el filme.

La idea de estas tres amigas retomando un juego de su niñez, donde toman roles de madre, hija y doctor, pero con dolorosas consecuencias me pareció sumamente interesante. En particular me intrigaron las reglas del juego y con la seriedad y rigidez con las que estas se hacen cumplir. Esto da paso a las escenas más sangrientas y violentas de la película, al igual que ayuda a crear tensión, ya que las protagonistas Petula y Tila, interpretadas por Imogen Waterhouse (“Nocturnal Animals”) y Sarah Hay (“Black Swan”) respectivamente, a seguido rompen las reglas y el espectador queda a la expectativa de que sucederá si las atrapa Daphne, interpretada por Madeline Brewer (“The Handmaid’s Tale”). El trabajo del elenco es genial e impulsa esta idea a que sea más genuina y a constatar el paulatino deterioro mental de las tres amigas.

En “Braid” cada escena individual es muy buena. Todas las escenas son visualmente estimulantes y las situaciones muy interesantes. Al momento de hilar las escenas y construir una historia es donde “Braid” no logra convencer. La trama de la película es sumamente confusa y sin mucho interés por ser coherente. En demasiadas partes de la película me encontré preguntándome qué estaba viendo o hacia dónde se dirige la historia, y no siempre de buena manera. La razón de esta confusión se intenta explicar al final y logra que todo haga algo de sentido, pero no logra tapar por completo las carencias del guión. Más que interés por contar una historia, el guión solo sirve para justificar cada escena y el valor artístico de estas.

“Braid” resulta ser toda una experiencia en el apartado visual, con gran uso de colores y tomas. Toda la creatividad desplegada en los visuales se ve mermada por un guión débil. Aún así se ve un futuro muy prometedor para la directora y escritora Mitzi Peirone, que ha demostrado su talento en su primer largometraje, dejando una propuesta artísticamente rica y muy entretenida, a la vez que confusa.




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