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miércoles, 14 de abril de 2021

Reseña: The Slaughterhouse Killer

Director: Sam Curtain

Guion: Benjamin Clarke y Sam Curtain

Año: 2021


Box ha trabajado en el mismo matadero por décadas, pero nunca ha conseguido ascender de posición más allá de su puesto sacrificando animales. Tal vez por no ser del agrado de su jefe y sus compañeros o por ser demasiado bueno en lo que hace, pero a Box no le importa, él disfruta su trabajo. Nathan, un joven en libertad condicional, es contratado en el matadero y por su experiencia, Box es el encargado de enseñarle cómo realizar el trabajo.


Box (Craig Ingham; “Aiyai: Wrathful Soul”) se toma muy en serio lo de proteger y educar a su nuevo protegido, y termina matando a uno de sus compañeros de trabajo, el cual le había realizado unas cuantas bromas pesadas a Nathan (James Mason; “The Grand Scheme”). Para su sorpresa, Box descubre que no solo él disfruta de matar, sino que Nathan comparte la misma afición. Ambos hombres comienzan a matar personas juntos, hasta que un evento lleva a Nathan a su límite y no quiere continuar con los asesinatos, algo que a Box no le agrada.



No debe ser sorpresa para nadie que haya visto al menos el póster o el tráiler de esta película australiana que esta se trabajó con un presupuesto sumamente modesto. Tampoco debería ser sorpresa que esta es una de sus limitaciones. Lo que sí es sorprendente es que el presupuesto hasta cierto punto obliga a que la atención se pose en los personajes y en su desarrollo, y esto ayuda a que la película sea mucho mejor de lo esperado.


El director Sam Curtain (“Blood Hunt”), quien también coescribe el guion junto a Benjamin Clarke (“H+”), toma muy en serio la idea de presentar una imagen sucia y desagradable desde el comienzo. El solo ver las condiciones del lugar donde Box vive ya deja claro que hay algo mal con este hombre, y este aspecto se continúa trabajando en los demás escenarios. Considerando las diferencias en calidad, este aspecto constantemente desagradable me hizo recordar el estilo de “The Texas Chainsaw Massacre” o “The Devil’s Rejects”, donde casi puedes oler los alrededores que se presentan en pantalla.



Con un nombre como “The Slaughterhouse Killer”, es de esperar que haya varias muertes en la película. Este es otro aspecto que se ve limitado por la falta de presupuesto, pero que se ve positivamente influenciado por el trabajo de los protagonistas y sus personajes. Box es un hombre masivo e intimidante, y el actor sabe cómo usar esas cualidades a su favor. En cada escena en la que vemos a Box haciendo lo que más le gusta, vemos a un hombre brutalmente agresivo y sin remordimientos, que solo se puede describir como terrorífico, aún peor cuando se reflexiona en que esto es algo que puede llegar a suceder.


“The Slaughterhouse Killer” tiene muchas limitaciones por su modesto presupuesto, pero estas mismas limitaciones obligan a que se dirija la atención al desarrollo de los personajes y que se beneficie en el proceso. La película no ofrece mucho gore, pero la forma en la que están filmadas las muertes y la actuación de Craig Ingham no son nada lejos de brutales. Con un mayor presupuesto y un guion mejor pulido, estaríamos hablando de una película en una categoría completamente distinta.




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