Director: Michael Mayer
Guion: Guy Aya y Michael Mayer
Año: 2021
Las cenas familiares pueden ser una agonía si en tu familia existe ese tío, primo u otro familiar pesado que siempre parece tener la receta perfecta para arruinar un buen momento. Si se añade un poco de alcohol a la mezcla, las cosas pueden llegar a salirse de control. Pero ¿cuánto tienen que salirse las cosas de control para arruinar lo que debería ser un tiempo feliz y convertirlo en una tortura?
Una familia israelí-americana se reúne en la ostentosa mansión de uno de los miembros para compartir una tranquila cena. La tensión entre algunos miembros de la familia va poco a poco aumentando hasta que se desata la violencia. Lo que debía ser un feliz tiempo de compartir familiar pronto se convierte en un baño de sangre.
El director Michael Mayer (“Out in the Dark”) presenta una película que coescribe junto a Guy Ayal y que puede dividirse en dos bien definidas partes. La primera parte es donde conocemos a los personajes y se sientan las bases para lo que se desenvuelve en la segunda. La segunda parte es donde se arma la gorda y se desencadena la locura total.
La primera parte presenta una prueba de paciencia para el espectador. Es aquí donde se sientan las bases para lo que ocurrirá luego, pero se desarrolla de forma lenta y aburrida. Por la mayor parte del tiempo vamos conociendo a los personajes por sus interacciones unos con los otros y la realidad, ningún personaje resulta interesante. Lo más interesante es la parte cultural, que tiene un papel importante durante el desarrollo de la trama. Lo que sí se desprende de esta primera parte es el buen trabajo de los actores que es lo que la sostiene.
Una vez el primer acto de violencia tiene lugar y comienza a correr la sangre, el factor de diversión aumenta exponencialmente. Aquí es donde la paciencia del espectador tiene recompensa, ya que los guionistas hacen un buen trabajo de darle seguimiento a las situaciones que comienzan a establecer en la primera mitad. Cabe mencionar que una vez la violencia comienza no para y no van cortos de mostrar sangre.
“Happy Times” presenta a una familia israelí-americana donde lo que debía ser una tranquila cena familiar se convierte en una locura. No es una película para tomarse demasiado en serio, sino para disfrutar de su violencia y humor negro. La primera mitad de la película puede resultar un poco aburrida y se pudo haber establecido las bases más rápido, la segunda mitad recompensa al espectador con pura violencia y diversión.
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