Reseña: Evil Dead II

Director: Sam Raimi

Guion: Sam Raimi y Scott Spiegel

Año: 1987

Aquí me encuentro sentado frente a mi computadora cuestionando mi desición de incluir “Evil Dead II” en el evento de “31 días de Halloween” y pensando en que puedo escribir 33 años después del estreno de una película de la cual ya se ha escrito de todo. Claro, podría irme por la vía controversial y decir que la considero sobrevalorada y que no la disfruté, pero estaría mintiendo y desvirtuando el propósito de la existencia de esta página. Así que solamente me limitaré a narrar mi experiencia con el riesgo de ser redundante en lo que ya se ha dicho sobre esta película y quizás pueda dar algo de valor al exponer mi perspectiva tres décadas más tarde.

Ash viaja con su novia a una cabaña en un bosque donde encuentran unas grabaciones pertenecientes a un doctor y un misterioso libro. Sin darse cuenta, este libro libera a unos demonios que comienzan a asecharlos y atacarlos. Ash comienza a luchar contra estos demonios para tratar de sobrevivir la noche.

En la escena de apertura de “Evil Dead II”, el director Sam Raimi (“Drag Me To Hell”) nos deja claro en solo unos segundos que esta película será muy diferente a su predecesora, pero aun esta escena no sirve para preparar al espectador para la locura que se avecina. Mientras que “Evil Dead” es una película de horror sería que sigue los estándares de una película clásica sobrenatural, “Evil Dead II” toma una ruta alterna y lleva su historia por el camino de la comedia de horror. Vamos, que decir comedia de horror tampoco sirve de mucho para explicar la locura que Raimi presenta y que el único adjetivo que se me ocurre para describirla es absurdamente divertida. 

Un hombre que pelea contra su propia mano poseída por una entidad maligna, un cuerpo decapitado que baila bajo las estrellas entre los árboles y frente a la destartalada cabaña donde Ash es testigo del espectáculo y otros momentos similares pueden sonar completamente absurdos en este escrito, pero la magia de Raimi los hace funcionar en un ámbito tan divertido como macabro. Absolutamente todo en esta película se lleva a lo absurdo y los peculiares visuales de Raimi junto con la actuación extremista de Bruce Campbell (“Ash vs Evil Dead”) se complementan mucho mejor de lo que deberían. 

Como usualmente ocurre con los visuales revolucionarios y que llevan al límite la tecnología del momento, “Evil Dead II” no queda exenta de que tanto tiempo después sus visuales se vean anticuados. La tecnología digital ha avanzado mucho desde entonces y es inevitable que en perspectiva estas películas más antiguas se vean afectadas por estos avances. Sin embargo, la predilección de Raimi por el uso preferencial de los efectos prácticos hacen que en su mayoría sean tan disfrutables como en su estreno y el uso de técnicas de stop-motion le ayudan a conservar una presencia tenebrosa y poco natural. 

El tomar el camino de la comedia de horror no evita que la película incluya escenas terroríficas al igual que sangrientas. Los visuales consiguen ese balance entre lo terrorífico y lo gracioso donde nunca pierdes de perspectiva que en esencia es una película de horror a la vez que puedes disfrutar de lo absurdo del desarrollo. El gore es donde se pasa de lleno al ámbito de lo extremo y somos testigos de mutilaciones, desmembramientos, puñaladas y otros tipos de violencia, pero muchas no dejan atrás la comedia, como en la escena en la que mientras Ash lucha con un demonio uno de sus ojos sale disparado y encuentra como destino al boca de otra persona.

‘Evil Dead II” es considerada un clásico del cine de horror y con buena razón. Sam Raimi llevó el género de las comedia de horror a otro nivel con su estilo absurdo y extremo dejando atrás el estilo serio y más convencional que adoptó en su predecesora. Con “Evil Dead II”, Raimi marcó un antes y después en el cine de horror y tres décadas más tarde sigue siendo considerada una de las mejores comedias de horror realizadas y resulta tan divertida como si su estreno hubiese sido hace apenas unos días.