Guion: Jason L. Koerner, Ed McKeever y Gene Snitsky
Año: 2019
El exluchador profesional Gene Snitsky ha decidido probar suerte en el mundo del cine, donde otros exluchadores han sido tan exitosos, comenzando por leyendas como Hulk Hogan y Andre el Gigante como estrellas contemporáneas como The Rock y John Cena. Junto a el, otro exluchador, Samula Anoa’i, mejor conocido por su nombre en el ring Samu y miembro de la exitosa familia de luchadores samoanos a las que pertenecen Roman Reigns, Rikishi y el propio The Rock, se une a este esfuerzo. El tener dos exluchadores con carreras exitosas en este deporte sugiere que la película tendrá buenas escenas de confrontaciones y acrobacias, pero nada más lejos de la realidad.
“100 Acres of Hell” sigue a Buck Severs, interpretado por Snitsky, quien es un luchador profesional obligado a retirarse por una lesión. Este se va de expedición de cacería en un intento por pasar tiempo con sus amigos y despejar su mente de sus problemas actuales. Una vez en el campamento, son ellos las presas de la cacería mientras son acosados por un sádico asesino que merodea en este lugar.
La película se maneja al estilo de una slasher, donde la primera mitad se dedica a establecer a los personajes, la situación y a dar pinceladas de lo que es capaz de hacer el asesino con el que inevitablemente se enfrentarán. En esta primera mitad, el guion de Jason L. Koerner (“Pembrook”), Ed McKeever (“Blood Lodge”) y Gene Snitsky presenta a los amigos de Severs y los desarrolla como clichés del cine de horror. Uno de estos personajes es tan irritante que en pocos minutos estas deseando que su muerte llegue rápido y de paso de forma gráfica.
La tensión es algo que se comienza a trabajar en este primer tramo. Una parte se logra a través de los diálogos y los visuales anticipando lo que ocurrirá, pero también se hace uso de jump scares baratos que no son muy efectivos en lograr su cometido. También se trata de establecer algo de comedia en forma de chistes que la mayoría resultan demasiado ensayados para funcionar. Solo se salva la música, la cual es interesante, pero en partes es demasiado presente y termina siendo una distracción.
Una vez se acerca la segunda mitad de la película y el asesino comienza a merodear, nos llevamos otra decepción, y es que la mayoría de las muertes tienen lugar fuera de la pantalla y el gore es casi inexistente. Las escenas de acción cuando algo interesante tienen lugar están editadas de forma que cada fotograma dura unos escasos segundos antes de saltar al próximo, lo que dificulta de gran manera el poder entender y apreciar lo que ocurre y las actuaciones hacen poco para mejorar el asunto.
En las secuencias finales de la película tenemos algunos giros y revelaciones inesperados. El problema con estos giros y revelaciones es que no tienen mucha coherencia con lo que se muestra en el resto de la película y su deseo de ser inesperado termina por causar que estos sean ilógicos y que aparezcan de la nada, sin ningún tipo de desarrollo. Al revelar al asesino es difícil no sentir frustración al ver como un concepto con tan buen aspecto queda subutilizado.
“100 Acres of Hell” es una idea con mucho potencial desaprovechado y que termina siendo una experiencia frustrante por lo que pudo haber sido. Cae presa de querer seguir la fórmula del horror slasher, solo que el puesto de la chica final esta vez le pertenece a un enorme exluchador de unas 300 libras (136 kg), lo que garantiza una confrontación final trepidante, pero que termina ofreciendo más de lo que termina entregando, como en el resto de la película. El gore, que es uno de los puntos más importantes de las películas slasher es muy limitado y queda la sensación de que este debió haber sido su punto más fuerte.
“100 Acres of Hell” es distribuida por Indican Pictures y estará disponible en algunos cines el 8 de octubre y en plataformas digitales el 15 de octubre de 2019.
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